martes, 22 de enero de 2008

ACLARACIÓN.






Fué una despedida sin adios,
hacia donde no parte tren alguno,
por eso, tengo que caminar despacio,
en un rumbo que no encuentro,
dejando parte de lo vivido, inocente.
Y empeño el vivir, en más cuestiones
ya lo estoy haciendo recortando
la temblorosa esquina que habita,
el dolor al lado de mi alma.
Recorre mi cerebro un extraño pájaro,
y al fondo hay una lejana historia,
un llanto en un pozo imperfecto,
la vida creada sólo por la muerte,
la muerte creada sólo por la vida.
Qué cansancio, qué violencia, qué frío,
entonces, quiero seguir escribiendo,
pero mi mano tiembla y no me deja,
tiembla ante el quizás, de lo infinito,
que seguiré buscando único;
es porque sólo, no mejoro lo pasado,
es porque lo presente tengo que vivirlo sólo.
Y es así como ciego, giro y giro,
porque me pierdo en los senderos,
porque no se llegar a lado alguno,
y siempre caigo en la misma playa,
en la misma arena que no cambia;
en la misma ola que amenaza,
en el mismo mar, que no parece mar,
y en los brazos, que me evitan, ausente.
Sólo te espero a ti, muerte.
- Labián Sixto -

BOFETADAS