lunes, 28 de enero de 2008

EL RIFLE QUE ME DISPARA.






En la mano, una brizna de hierba,
arrancada en primavera, y conservada;
es triste y ha sucedido,
no la veo; se apagó mi estrella,
cómo duele, cuánto duele, cómo lo siento,
y frente a mi, ese rifle del dolor,
que dispara
que hiere y me asombra
por acabar tan pronto,
con todo lo que se quiere.
Las flores blancas, transparentes,
con pétalos manchados en horror y sangre
digieren,
la vida
que innecesaria queda,
entre lágrimas azul cielo.
Me quedan suspiros entre escombros,
ha sido tan inesperado,
una ironía envuelta en vida,
una vida envuelta en ironía,
un caballo desbocado,
el adios, roto más de una vez y,
mis manos como una daga
que intento hendir sin filo,

en el alma
Cuánto me tarda el descanso,
cuánto me tarda la losa,
cómo la necesito, fría;
porque mi mano ya tiembla,
porque mi vista me engaña,
porque mi oído susurra ¡vete, vete!.
Quiero irme, entre espinas, quiero.... quiero.
No quiero verme, mañana.
-
Labián Sixto -

domingo, 27 de enero de 2008

LO QUE DARÍA POR UNA TELE


Es comprensible que hoy, no disponga de foto alguna, con esta oscuridad, ninguna cámara se atrevería a trabajar y además, como enfocaría si no tengo ya ojos.
Estos es un aburrimiento, no circula nadie. He intentado silbar pero no me sale aire, he intentado desplazarme ¿ con qué?, he intentado regresar y no me dejan o al menos no puedo moverme. El Jefe se lo debe estar pensando, pero mira que tarda... si no me encuentra pecados, que invente un mandamiento nuevo para los que yo tengo; aunque si se fija bien, en el primero de ellos me caza y hay otro más que lo paso rozando. mejor dicho, lo pasaba rozando, porque ya no. Seguro que ese es el que le hace dudar.
Me gustaría encontrarme a Pavarotti para echar una cantada ahora que carecemos de cuerdas vocales. No se como saldría la voz, si saliera rara, podría cantar con nosotros la Cecilia Bartoli y todo aquel que quisiera, un gran coro, no de serafines, de gente como Joe Cocker, Bob Dylan cuando lleguen, gente de nuestros tiempos que cantábamos. No quiero alzar mucho la voz, no vaya a ser que el de arriba me cruja.
Pero es triste vagar y vagar, ¿ estaré en el limbo?; si me escuchara mi madre me diría: ¡ Te voy a dar yo el limbo !, estudia que es lo que tienes que hacer...
El único miedo que tengo es el de que un meteorito me desgracie. Durante la vida sin llevar palos y ahora, que debo estar en paz, viene el dichoso pedrusco y me rompe la crisma que no tengo. Bueno,por si acaso me cubriré la cabeza.... ¡ Qué no la tengo...!.Qué pasa aquí.
Nadie se da prisa, y es lógico. Estoy en la eternidad, en el tiempo infinito. ¡ Quién fuera tortuga en estos momentos!. ¡Quien fuera el presidente francés.....!, qué suerte que tiene.
Como aún estoy en la situación de "incomunicado", no puedo deciros que tal se respira por estos lares. Aburrido si debe ser, un rato largo, no como lo pintan en ese anuncio de la tele en que dos ángeles, en medio de un sol intenso, charlan sobre la bonanza de un queso, creo.
No morir nunca. Si me enchufan en la oficina de los que tienen que ir "cayendo", ya os saltaré, procuraré meter a los políticos a ver si así va mejor la vida que os queda. No me olvido del francés. No lo olvido. Ni a su hembra tampoco.
A última hora, el telescopio Hubble que lo ve todo, creo que me ha divisado, no me parezco en nada, pero si él lo dice....

sábado, 26 de enero de 2008

SIEMPRE EL FRÍO.






De repende, sin aviso, traicioneras, mil coces de enormes mulas que me golpean el pecho en la noche. Han sido mil coces al unísono,acompasadas, no se si dolorosas porque ahora, ya no siento nada. Es una sensación grata, como el humo en las aldea, porque puedo tocarme la espalda a través del pecho. Ignoro si los ojos, los tengo abiertos o cerrados, supongo que cerrados porque no veo rostros y además, estaba durmiento, pero también, pude despertar cuando sentí el terrible golpe que las mulas descargaban en mi pecho, mulas que ahora no veo.
Es raro, es una oscuridad diferente a aquellas otras, llenas de fantasmas cuando era niño, de tantos sueños en medio de gentes que quería ya de mayor, y en medio de otra gente que no conocía, porque siempre tenía sueños. Era muy agradable encontrarse con gente durante la noche, personas que en los sueños cobraban vida, mis padres, mis abuelos, mi buen hermano que también debió de sentir el cocear de las mulas en aquel terrible accidente de coche.
Tengo frío y no puedo abrigarme. Siempre fuí friolero; tengo sangre del sur, del Mediterráneo mejor, pero casi siempre, he permanecido en esta esquina del mapa, abierto a las corriente de aire y a la lluvia. Ahora, tengo un frío diferente, como cuando recoges de un charco un trozo de helada.
No viene nadie, es un rincón olvidado en el universo. No he visto ni veo, tal como dicen, pasar mi vida a la velocidad de la luz, del vértigo. Mi vida, no puede pasar tan rapidamente porque la he vivido y bebido sorbo a sorbo y todo, todo lo que he amado no puede pasar tan rapidamente, no le daría tiempo aunque lo quisiese ese dios del que tanto me han hablado pero que ahora no viene ni le veo. ¿ Se las estará pensando?. ¡Calla!, ¡calla!; debo portarme bien. Ya no puedo "largar" como hacía, lo primero que se me venía a la cabeza, sin sopesar las consecuencias. Debo ser comedido. Cuando se llega a un lugar extraño, desconocido, primero hay que orientarse y ver cómo respira el personal.....
Oigo un grito. Al menos no estoy sólo en esta noche. Continúan los gritos... y llantos, los escucho lejos porque no veo. Qué pena de un reloj para conocer la hora y levantarme, y contestar a los e-mails que seguro tengo atrasados.
Viene gente, mucha gente, hablan en voz baja; más gente que me zarandea, debo parecer tonto porque me están vistiendo, cómo si yo no supiese. Me da vergüenza, que esas mujeres que no conozco, no paren de mirarme. Me están trasladando. Ya podían arreglar los baches de esta carretera. Se para. Al fín, ahora si puedo ver a mi familia, a mis hijos,a mis amigos de siempre, a mis compañeros y amigos del campus; hay muchos. ¡ Cómo me gustaría abrazarlos uno a uno!, pero por más que lo intento, es que no puedo dejar esto para irme con ellos.
Una mujer se acerca llorando con una flor blanca en la mano. Estira su brazo y la deja sobre mi. ¡ Gracias buena amiga, gracias!. Gracias por esa flor. Es muy hermosa.
Se ha ido el frío, noto calor, no la calor del Mediterráneo del que tanto disfruté, es otra calor que quema, me quema.....
¡ La flor....... !. ¡ Darme la flor, que no quiero que arda......!.¡ Darme esa flor..es mía!, ¡ es mía........ es mía.......!

viernes, 25 de enero de 2008

QUÉ MAL VIGILAN, QUE MAL .....






La reunión de ayer entre compañeros de curso, para discutir al más alto nivel qué asignaturas íbamos a estudiar en el segundo cuatrimestre, terminó en tablas; es decir, ni para ti ni para mi. Nos llevó el llegar a esa conclusión dos horas, más o menos, entre picoteo y picoteo de aceitunas y patatas chips.
Alguien dice de ir a la Fundación Caixa Galicia, en donde se presenta una exposición de Sorolla y contemporáneos, que nos envían desde Cuba. No, Fidel no viene con ella. Sólo es pintura.
No voy a enjuiciar las obras, pero si, salvo raras exceupciones que decía el obispo,el resto deja mucho que desear. Para más inri, la obra que anuncia el catálogo, de Sorolla, un tema de playa de los que tantos hizo; el foco del techo está apagado y el cuadro, permanece en la más oscura indiferencia ante las gentes que se acercan.
No quiero decir nada sobre la exposición, es lógico que en Cuba no esté ni por asomos lo mejor de estos grandes artístas, como tampoco estaría lo mejor de Velázquez en las tierras de Chávez. Para al francés.... lo que pida. ¡ Qué suerte que tiene el condenado....!.
Os preguntareis que pintan las fotos de los guardias civiles, que me bajé de la Red, yo también me lo hubiera preguntado, pero ayer, en la exposición, durante todo el recorrido me hicieron sentir un ladrón, un asesino, un carterista, un inútil - esto último puede ser - pero lo otro no. Primero fué una vigilanta que se olvidó de todo el público para seguirme a mi, sólo a mi, allá a donde fuera. Al ver esto, mi ego crece pensando que al menos, aún hay mujeres a las que intereso, pero luego la cosa ya se me hace insoportable, es horrible caminar y que la tía aquella camine, que te pares a ver una obra y ella se pare, que te acerques a un cuadro sin tocarlo y te diga que te separes, y así durante un buen rato, porque me canso y subo al piso.
Al fin, sin la guardia civil detrás. Pero.... que no había caído; en el piso en que ahora estoy, otro vigilante que nada más verme llegar, se pega a mi como un novio, yo que no soy tonto me lo huelo y caigo de la burra. Ambos disponen de "pinganillo" por el que se comunican y ¡zas!, me he caído con todo el equipo. Si voy para la izquierda, me sigue; si voy al centro me acompaña; si me acerco a un cuadro, siento su aliento en el cogote; es horrible, me he topado con una pareja de guardias civiles - no tengo nada contra ellos; he vivido en sus cuarteles -, pero es que son tal como dos perros de presa, a la espera de que cometas el menor fallo, para morderte la pierna y decirte: ¡la has cagao!.
Así que, lo siento. No me aprovecha el atardecer. Salgo. Una noche magnífica, de la que cuelgan miles de estrellas. Respiro hondo. ¡ Qué hermosa es la vida!.
Ha sido una experiencia mala, como cuando te comentan algo que has escrito, pero que no es el espíritu de tu escrito y se empeñan, en que es como ellos dicen y no como tu has pensado. Primero se te queda la cara de idiota y luego.... eso es lo peor, luego, no sabes que responder o respondes indebidamente y quedas como el gusano traidor.
Alguien debería decir a esa gente, que los cacos no van a las exposiciones, ahí no tienen nada que rascar y los llamados de guante blanco, ante la exposición de la Caixa de Galicia, pasarían de largo.
Lo único que mereció la pena, estar un rato entre los compañeras, que al menos, reímos como debe reir el presidente francés cuando la tía esa le hace cosquillas. ¡Qué suerte, dios, qué suerte !.

jueves, 24 de enero de 2008

EL RETO QUE NOS OBLIGA.






Tengo unas compañeras/os que no me los merezco. Si hay gente con ansia de trabajo, de hacer bien las cosas, son ellos; me lo han demostrado siempre, desde que comenzamos allá por el año 20..... Si, me callo, porque la edad de las mujeres, no se debe pregonar, porque según ellas, no tienen edad. ¡Hombre!, notar se les nota, pero no, no se debe decir.
Esta vez, gentes de otras naciones europeas, son las que vienen a conocer Coruña y Ferrol y a los que en ellas habitan. Se quedarán en esta última ciudad porque tiene más alegría, abunda más el cachondeo; una forma de vivir que no la tiene la capital hermana. La una tiene unos edificiosy un paseo marítimo que enamora, pero la otra ¡ay!, mi ferroliño, tiene el encanto de toda España; sal de Andalucía, el trabajo de los catalanes y vascos, el desparpajo de los madrileños, la inocencia de las viejas y viejos que lo contemplan. Gentes de toda la nación que han convivido con nosotros, se han mezclado con nosotros porque se han casado y debido a ello, tenemos esa mezcolanza que la "mili" en barcos y cuarteles hizo posible. En Ferrol, las mujeres son bellísimas, muy hermosas, como la del presidente francés; del que ignoro sus estudios pero, la hembra que le acompaña es para pensárselo y luego, entrar en política porque éstos, seguro que a lo más tardar en año y medio se separan y a vivir de nuevo, libres....- Es que le tiene que pasar dinero...-, ¿ para qué está el estado ?.
Lo dicho, Ferrol tienes mujeres muy bellas. Me las encuentro a diario en las clases y también lo veo en las de Coruña, cuando nos reunimos. Hablo de todas en conjunto, pero es que la del francés.....
Decía, que cuando se nos propone un trabajo complejo, no lo sopesamos, decimos que ¡avant! - dichoso francés - y adelante va y sale bien. Lo mismo dijo Nerón en Roma; "si hay que quemar se quema"...
Ahora en serio, siempre que nos lo hemos propuesto, hemos hecho las cosas bien, yo diría que mejor que bien. Llevamos con nosotros el bagaje de la vida, de toda una vida. Hay un grupo que trabajará sobre el Camino francés. Aunque no quiera, siempre aparece el francés.... ¡ qué le habre hecho !, con su real hembra que no se que diablos pinta en una república.
Lo acordado se hará, y más si sobreviniese. Volvemos a recordar parte del Camino que ya hicimos con nuestro buen,buen amigo Pepe Leira. Otros alzarán la vista hacia las hermosas fachada modernistas de la ciudad y otro grupo "pateará" el Arsenal. Un Arsenal que tiene mucho que contar, mucho de qué hablar porque para miles y miles de hombres, ha sido su hogar, su muro de lamentaciones ante la lejanía de sus novias y también, por qué no, su trozo de muerte. "Una de las dos españas, ha de helarte el corazón", que decía Machado.
Esperemos que las ansias de trabajo y la felicidad que se aprecia en los rostros, dure.
Espero que lo del presidente Sarkozy, también dure, porque mira, se le ve alegre - es lógico - y no lo está haciendo nada mal; -¿en política?.... Y yo que se.

miércoles, 23 de enero de 2008

DÓNDE ESTÁN LOS NIÑOS DE MI CIUDAD






¿ Alguien puede decirme en dónde están los niños de mi ciudad ?. Me gustaría conocer por dónde andan, porque niños, seguro que los hay.
A las calles hoy, tranquilas y silenciosas, les han robado los gritos de los niños corriendo tras una pelota,entre empujones, patadas y caídas; los abrigos tirados en las aceras y los libros amontonados haciendo de porterías. La gente mayor que pasa, qué paciencia, pero siempre hay una voz, la del niño que hace de portero siempre atento a todo, que grita que se pare el juego que pasa una señora, un señor o el cura de san Julián, porque a los curas, los conocemos a todos y sabemos incluso, el lugar en donde trabajan. Los niños respetaban a todo el mundo, respeto al llegar el profesor a la clase, respeto cuando se respondía a una pregunta suya; respeto al bedel del Instituto, don Manuel que me traía tabaco de picadura y papel de fumar. Se que me quería mucho y yo a él, mucho también.
En la alameda, en las plazas, en las calles en los espacios en donde jugábamos, siempre había gritos porque los niños tienen la voz muy aguda, formábamos una inmensa jaula de grillos,de compañeros, de amigos, de vida; nadie quedaba fuera de la rueda que nunca paraba de girar porque con risas nobles, de gente que vive, no hay rueda que se pare. Imposible.
Hoy lo sé, los niños en casa, ante la Play-Station, ante un juego nuevo que ha instalado en el PC, juegos complejos, que te abosorven - no veis la cara de idiotas que ponen con un jostick en la mano -. Menos mal que no doy pie con bola con esos dichosos juegos; si me sumo a ratos, a los simuladores de vuelo - no me he visto la cara con el jostick en la mano -, la misma que la de los niños porque ante un juego, me pongo a la altura de ellos; pero no gritan, es un silencio profundo, lo único que se escucha es la musiquilla al ganar bonus; yo grito al menos cuando veo que el avión cae en picado. La calle ahora está lúgubre, faltan bicicletas, balones, aros, cuerdas para saltar, niñas paseando sus muñecos porque hace un buen día, si no al portal para hacer "comiditas" a base de polvos de ladrillo,peonzas, billardas, canicas, y es que faltan niños. Jóvenes que escondidos tras una puerta, comienzan a dar las primeras caladas, en conjunto, a un pitillo. Otros en la esquina hablan con niñas, los preludios de un enamoramiento que ha de durar tres o cuatro días; porque las niñas lo sé, son muy cambiantes.
Hemos corrido delante de los guardias por jugar al futbol en el Cantón antes de la clase. Hemos aparecido en algún periódico que daba la noticia con un "... ganaron 6 a 2, los jóvenes que llevaban los libros bajo el brazo, después de haber molestado a los transeuntes, subir sobre los banquillos y de estar a punto de romper las farolas. La providencia quiso que no fuera así....".
Si yo fuese alcalde, si yo lo fuese... Me bajaría el sueldo y a continuación publicaría un edicto : Se recuerda a los ciudadanos, que puedan entender y oir, echen a los niños de casa de 5 a 8 de la tarde. Que jueguen en la calle en la que está prohibido pasen autos, que molesten a los viandantes para que se den cuenta de que los niños existen. Lo dicho es de obligado cumplimiento, a excepción de los aún mamones,que ya les llegará el día. Lo digo en........"
Los niños de hoy no tienen la delgadez que nosotros teníamos, no se pasaba hambre aunque a algunos, el aceite de hígado de bacalao no nos debía de hacer efecto que teníamos que irnos para la aldea a recuperar peso, peso que perdíamos nada más llegar porque los juegos tenían prioridad.
¿ Y los estudios... ? No se si tiene estudios el presidente francés y hay que ver el pedazo de hembra que le tocó en suerte. Sería cuestión de comenzar a escalar puestos en la política; difícil no debe de ser. Lo digo porque lo veo.
Hay veces, que en silencio, si presto atención aún puedo escuchar ¡pásala!, ¡pásala, coño, pásala!....¡ céntrala, céntrala!.... Que no, que no ha sido goooool.... ¡Parar!,¡parar!...que viene una señora.....¡ Seguir, seguir, seguir, seguir.....que llega la vida!; ¡ hay, la vida...!
Silencio..... ¿ duermen los niños ?..... No, están jugando con la Play. Bueno......

martes, 22 de enero de 2008

ACLARACIÓN.






Fué una despedida sin adios,
hacia donde no parte tren alguno,
por eso, tengo que caminar despacio,
en un rumbo que no encuentro,
dejando parte de lo vivido, inocente.
Y empeño el vivir, en más cuestiones
ya lo estoy haciendo recortando
la temblorosa esquina que habita,
el dolor al lado de mi alma.
Recorre mi cerebro un extraño pájaro,
y al fondo hay una lejana historia,
un llanto en un pozo imperfecto,
la vida creada sólo por la muerte,
la muerte creada sólo por la vida.
Qué cansancio, qué violencia, qué frío,
entonces, quiero seguir escribiendo,
pero mi mano tiembla y no me deja,
tiembla ante el quizás, de lo infinito,
que seguiré buscando único;
es porque sólo, no mejoro lo pasado,
es porque lo presente tengo que vivirlo sólo.
Y es así como ciego, giro y giro,
porque me pierdo en los senderos,
porque no se llegar a lado alguno,
y siempre caigo en la misma playa,
en la misma arena que no cambia;
en la misma ola que amenaza,
en el mismo mar, que no parece mar,
y en los brazos, que me evitan, ausente.
Sólo te espero a ti, muerte.
- Labián Sixto -

lunes, 21 de enero de 2008

MI AMIGO DE CORRERÍAS.






Ayer al regresar de una caminata, que comencé muy temprano, mi amigo Luis había dejado recado. Me trastocó los planes, pero me fastidia decirle que no. Odio decir esa sílaba, y creo que ya son muchos años que no la digo para negar algo a alguien. No es la primera vez que salgo del comercio con un objeto que no me agrada, porque me duele decir no a un vendedor que ha sido muy amable.
Mi amigo me llamaba para salir a dar una vuelta en su barco. No me niego porque sabe que adoro la mar, soy feliz en medio de los reflejos, que en ella se producen, en su movimiento candencioso como el caminar de una hembra, con su danza multicolor que embelesa y su olor, ese olor que me quedó cuando niño, ese olor que tanto me gusta y durante tantos años lo tuve prohibido, a causa del tabaco.
No hay viento y vamos un rato a motor sin prisas, para seguir embelesándome en las riberas de la Ría, riberas que he caminado palmo a palmo, que he fotografiado todos sus rincones, que ya desde pequeño la he navegado en botes a remos y vela y que jamás, me cansa su visión por la variedad de paisajes, de luces, de armonías de colores que se forman y que hacen, no te aburras jamás. Lo mismo me sucede con los Simpson, dibujos animados que veo casi a diario desde que comenzaron a emitirse; hay capítulos que los he visto unas siete veces o más y no me cansan, siempre les encuentro algo nuevo, son dibujos sacados de la vida real.
Con las prisas no hemos cargado comida, además es domingo. Bebida, si que no falta. Hay latas de conserva y leche condensada. Lo primero que hago es coger un bote de leche, hacerle dos agujeros grandecitos, salir a cubierta; a estribor y a unas millas, la línea blanca de Doniños, y al igual que cuando niño, empino el bote y voy vaciando poco a poco su contenido, mirando al cielo, escuchando el chasquido de las velas, viendo ese grupo de gaviotas que nos acompañan, y así poco a poco, sin prisas, siento caer el néctar sobre mi lengua. ¡ Cómo me va lo dulce !.
Mi amigo Luis es muy buen conversador, por eso me gusta estar con él y además, es un gran defensor de los débiles. Está separado y hace unos años que vive sólo. Un día su mujer le dijo, el mar o ella y él, sin pensarlo, escogió la mar. Le pregunto qué echa de menos y me responde que el no tener unos años menos, porque ahora es cuando disfruta y le quita el sabor a las cosas, que es lo mismo que decir a la vida. La mar sigue siendo su amor y a nadie tiene que dar cuenta si llega tarde o temprano, si ha comido o no, si se emborracha o deja de hacerlo. Es muy noble y le aprecio.
En cierta ocasión, en que su esposa llegaba a Madrid, tuve que ir a recogerla ya que, el día anterior Luis, se había peleado defendiendo a un compañero sin sopesar, que eran varios los contrarios; le rompieron los dientes y la cara que era un amasijo de carne. Por ello me dijo que fuese a la estación para poner en antecedentes a su mujer y decirle que había tenido un accidente de tráfico frontal, que no se asustara, que lo que iba a ver era su marido Luis. Si que se asustó al verlo. su grito la delató y también la delató el irse para casa de unos familiares a toda prisa.
La vida es como viene. Qué coño vamos a tener escrito lo que nos va a suceder. Lo buscamos, la encontramos alguna vez y otras, las más, la vida nos lo pone delante, y somos tan ciegos que no lo vemos.
Hay veces que se deja coger. Otras se resite un poco. Las más, cuando llegas, está muerta. Ya no hay remedio. Mucha gente se deja ir, pensando que su vida monótona y aburrida va a cambiar y eso, con el pasar de los años, se hace crónico, nunca cambia; por adaptación. Es lógico. Así sucede.

domingo, 20 de enero de 2008

SALVE ¡OH!, EURO.






- Buenos días, Juan - saludo desde la entrada de la cafetería. Al fondo él, también saluda sonriendo porque me aprecia; se estira sobre la barra y con la mano cerrada, me da un golpecito en el hombro. Mientras acerco uno de los periódicos, se esmera en hacer un café largo, como siempre me hace, para el que ha llenado dos veces la "cazoleta" de la cafetera. Al rato, le pregunto que le debo -por si lo ha subido - y me contesta que igual que siempre, 80 cts. de pesetas. Para redondear, para no llevar calderilla en el bolsillo, le dejo las vueltas. Me lo agradece con otra sonrisa, dice ¡bote! y viene hacia mi para hablar de la vida. Lo tengo enfrente, acodado en el mostrador, es su postura, y las manos aguantándole el maxilar inferior, atento como si fuera un buho. Nos despedimos tocándonos en los hombros a modo de adios y allí le dejo pensando en las tonterías que hemos hablado.
Hace unos días, entré obligado en otra cafetería. El ¿dueño? al fondo y entre sus dientes un palillo mordido, pegunta desganado- ¿qué va a a ser?-. Pido un café, me lo sirve; es agua con un poco de color y sabe terriblemente mal. Lo dejo, él lo recoge pues ha estado atento a mis movimientos como un inquisidor y dice que le debo 80 cts. de €uro. Le dejo la moneda y con prisas, salgo a respirar.
Fijaros, a mi amigo Juan le he dejado 20 cts. de pesetas como propina, una miseria y ha sido amable, muy amable, me ha puesto el café con todo cariño e incluso me invitaba a tomar un postre que había hechos su esposa.
En la otra cafetería un badulaque, un individuo obtuso, al encarado al que doy 130 pts. por un café asqueroso que no tomo y, para más, le dejo unas 30 pesetas de propina.
Ironía de la vida. Eso ha ocurrido en el espacio de unos años. El euro nos la ha jugado. Con razón decía el otro que España era un buen país para hacerse rico...
Ayer, encontrándome en una cafetería, una viejecita que pide un café con leche, se lo sirven y el hombre le pregunta si quiere algo más, churros... croissant.... donuts.... La mujer lo mira y con la dulzura que sólo se encuentra en estas personas, lo rechaza alegando que la pensión que tiene, no se lo permite. De buena gana la invitaría, pero es que los viejos somos tan raros que a lo mejor me sale por peteneras. Por una vez, voy a estar calladito.
Ya lo he dicho, el único agradecimiento que le tengo al €uro, es la apertura de las fronteras, forma fantástica de hermanar a las gentes y evitar que anden todo el año a bofetadas, para que sus jefes queden contentos. La moneda ha elevado a la gloria a muchísimas personas pero a muchas más, ha hundido. Ya hablaremos de las hipotecas, por las cuales, bancos y cajas se van a poner las botas, si es que no han comenzado ya, a cuenta de personas que no pueden abonarlas.
Hace algunos años, una mujer que andaba pidiendo limosna por la calle y casas, al morir, encontraron que su jergón, estaba hecho con papel moneda, con billetes; unos de curso legal y otros, caducos, de la república. Pasar una vida miserable para morir rica....
Tengo suerte de que el dinero no me llama. Si el día primero de mes, compro algo que me enamora y el resto del mes, no tengo un céntimo, me importa un bledo, porque ya digo que el dinero, no lo voy a echar de menos. Puedo pasar sin él.
El dinero me quema en el bolsillo,ya me lo decían, y es por ello, que enseguida le pongo alas.
Como a los ángeles.
Como a los vientos.
Como los olvidados.

sábado, 19 de enero de 2008

HOY, A RUMBO.


Hoy no me toca escribir aquí. Hoy al levantarme y abrir esta cajita que llamamos ordenador -caja maravillosa a las veces -, me encontré con una carta muy larga, llena de dulzura y de saber hacer. Mi hija es de ciencias pero me parce que toda su vida se la pasó en medio de las letras, Por otra correspondencia mantenida, sabía que lo hacía muy bien, pero en la que hoy leí, lo bordó.
Se que cuando tiene tiempo, se acerca a este blog pero hoy no lo escribo como siempre. Lo que hoy le envié - espero me perdoneis - fué un trozo de mi alma que tenía que depositar en éste lugar, y que hoy por razones íntimas no corresponden. Han quedado entre mi hija y yo. Como sucede con los marinos, no estuve mucho a su lado. Como sucede con los marinos, se bautizó sin su padre al lado - las beatas comentaban que era hija de soltera - y como hija de un puñetero marino creció sin darme apenas cuenta de sus conocimientos, de su tesón por aprender, de sus ganas de terminar una carrera. Consiguió las metas que se había propuesto, y ahora es ella el marino que abandona el hogar, para irse por otros derroteros. La veo poco al año, tal como los marinos ven a sus hijos, pero la tengo muy presente, muy presente. Desde hace unos años, se metió en el mundillo de la múscia, lo hace muy bien; al menos a mi me gusta, lo que ya no me gusta tanto es que me lleve los CD,s de música clásica, cada vez que viene. Son de ella, yo no quiero llevármelos a la tumba, no los necesito. Unicamente me ha faltado una cosa en la vida, ser abuelo y me hubiera gustado, para enseñarle a la niña/niño cosas banales o historias inventadas como le contaba a mi hijo una y otra vez, repitiendo todo hasta que llegaba el cabreo y el ¡ toma mujer, aguanta a tu hijo.....!.
Me viene todo bordado. Ayer he sido feliz, muy feliz y hoy comienzo del día de la misma manera, a rumbo cero, cero, cero y mar completamente llana.
Hay veces en que las "soleares" se convierten en "alegrías".
Hay veces en que el firmamento nos muestras cosas nuevas.
Hay veces.....

viernes, 18 de enero de 2008

EL FRÍO DE LOS VIEJOS






Espero mientras llega la musa que siempre me ayuda correctamente, soy yo el único culpable de expresarse mal y como siempre, le echo la culpa a los años que no perdonan, tal como se dice.
Mientras llega, miro distraido hacia uno de los muebles de las sala, en la que cuento uno, dos, tres relojes que paso a paso, golpe a golpe como dice la canción, me van llevando sin darme cuenta, la vida. ¡ Qué cantidad de tiempo perdido ! en esperas, en noches sin sueño sobre el lecho, viendo películas horribles, en conferencias con ganas inmensas de escapar nada más comenzadas, en clases aburridas hasta el hastío, en colas, en viajes sin fin. Es tiempo que ya no puedo recuperar, esos malditos golpes en los relojes, así me lo indican.
Siempre creí que no llegaría a viejo y ahora, a punto de cumplir los setenta, me doy cuenta de que en la vida no hice nada, pena no hacerla como a mi me gustaría que fuese. No se me dió por la política, no me dejaron y al final ya no tuve ganas.
Tengo el frío que tienen los viejos, que tenemos los viejos. Tuve un vecino, de mediana edad, vago como pocos, que en invierno y verano, le recuerdo envuelto en un abrigo gris como él, una bufando roja y en los labios, siempre una colilla de picadura apagada. Salía de casa, para ver las mujeres que iban y venían de sus compras.
Tengo frío, el frío que tienen los niños descalzos y semidesnudos, que recogen desperdicios en los basureros y en los que miles y miles de gaviotas, se disputan los restos de comida que han dejado los viejos que revuelven en cubos colocados a las puertas de los restaurantes, de los hipermercados, de los cubos de basura.
No sé, de verdad que no lo sé, pero si algún día me viese necesitado de comida, pediría unicamente unas monedas, lo necesario como hacía mi buen amigo Emilio. Si no conseguía ese dinero, robaría, si coño, me apropiaría de comida en los supermercados. Para ir a la cárcel, te tienes que llevar una buena cantidad que yo no necesito y si me llevan, no me importaría. Tendría tiempo para escribir, pero antes pediría, llevar conmigo esos tres relojes que inexorablemente, al levantar la vista del ordenador, me van indicando el tiempo que me queda.
En una de las muchas veces que fuí a las cárceles, vi un gorrión que se había introducido por un pequeño marco en que faltaba el cristal. El pobre, loqueaba por salir, golpeándose con todo lo que se le ponía por delante. Lo estuve mirando largo rato, viéndole como si fuese un preso más, como aquellos que al ingresar los aislaban en una pequeña celda, oscura, sin un maldito colchón en la cama. Un muchacho en esa situación, encontrándonos los dos sólos en ese inmundo lugar, me confesó que había intendado suicidarse - llevaba un día preso, y no le habían quitado el cinturón- pero leyó una nota escrita a punta de ladrillo en la pared , que le hizo desistir. La nota decía, pude leerla, " No lo hagas, yo también lo pensé, no merece la pena".
Al final, quité la chaqueta,la eché sobre el pajarillo ya cansado y pude cogerlo. Retrocedí lo ya andado y lo solté a volar desde la puerta de salida, como los grandes, como los limpios, como los que ya habían "cumplido" con la sociedad y, ¿con qué sociedad?,¿ la golfa también cuenta?.....
La calefacción al máximo, y sigo teniendo el frío, el frío de los viejos. No lo puedo remediar. Es que lo soy.

jueves, 17 de enero de 2008

PERO SIGUE SIENDO BELLA






La mar por unas horas, dejó de ser coqueta, de gustar a mujeres y hombres, de llegar mansamente a las playas. Un día despertó asustada de un mal sueño, se movió intranquila y así permaneció un tiempo sin enterarse de que en ella se habían quedado doce flores, doce vidas que se arriesgaron o las hicieron arriesgar.
La fuerza de las olas, puede ser terrible, lo he vivido; he visto planchas respetables, dobladas como el cartón, balsas arrancadas de sus estibas, botes danzando colgados de sus pescantes como los ahorcados, gruesas puertas hundidas, las cubierta destrozada. Los peores temporales, en el Mediterráneo, en el golfo de León, con mucha diferencia de otros mares.
La mar, se queda sin pesca, son muchos a repartirse el botín día a día, sin dar descanso a los caladeros. No importa los que vienen detrás, sus hijos aún son pequeños, dinero, dinero; hay que salir a la mar con temporal o sin temporal, dinero, dinero; arriesgar vidas por el dinero maldito dinero; mientras los patronos se quedan en tierra mirando al cielo, ¡ Bah!, no está tan mal.
Hoy son doce flores las que adornan el mar, queda todo el invierno para hacer un rosario.
En alguna ocasión, hice fotos a los que en las inmediaciones de Punta Penencia en Doniños, cogen percebes. A mi que estaba en lo alto, me iba el corazón a mil por hora viéndolos. Olas enormes de las que tienen que aprovechar el reflujo, el instante en que dejan la gran roca al descubierto, para coger una presa que en el mercadao no te la pagarán a precio de oro, ni de plata, ni del bronce algunas veces, mientras se juegan la vida a golpe de mar, una, dos, tres ...... nueve; a la novena, escapar rapidamente hacia lo alto y ese ciclo, se repite continuamente, peligroso, traicionero, trayendo la muerte que cabalga sonriente sobre la espuma de la ola.
He visto documentales de la gente que coge cangrejos en el mar de Bering. Es terrible ese trabajo en medio de aquellas enormes olas que zapatea barcos y tripulantes quienes, recogiendo unas nasas enormes, en que algunas veces no traen o traen dos cangrejos, jugándose la vida minuto a minuto, metiendo doscientas trampas para cangrejos a bordo porque ahí no hay pesca, y hay que ir a buscarlos a otro lugar aún más batido.... pobres hombres, pobre gente, maldito dinero.
La mar ha enterrado a mucha gente o los tiene navegando entre dos aguas mientras los peces curiosos, giran a su alrededor. Unos aparecen y se recogen, otros siguen esa danza de muerte hasta que si hay suerte, las redes de un pesquero los recogen y hacen de mortaja.
En todos los puertos, siempre hay una figura hecha con bronce, de una mujer que espera el regreso, primero de los barcos en la lejanía y una vez atracados, el regreso de su esposo, de sus hijos porque, jamás he visto tanto dolor en un rostro, como en el de una madre a la que dicen que su hijo se lo ha llevado la mar. Son mujeres recias que ante la mala noticia, su rostro se torna en un dolor mudo, hermoso, de luto permanente.
La mar, mujer coqueta de pelo ondulado, rizado otras veces, de grandes bucles las más , despeinada para hacer daño y ojos azul-verde negros, cómo te engaña, cómo te lleva, cómo enamora.

BOFETADAS