lunes, 31 de diciembre de 2007

AL RETOMAR LOS RECUERDOS






Al retomar los recuerdos,
y al verme alejado
de la realidad que me envuelve
advierto que sólo soy un instante
en la eternidad,
en los días.
Hoy, al recoger el
amanecer y ayer el atardecer,
vivencias, en el día a día;
un nacimiento, y un adios.
Y así siempre, dos mil años
siglos incontables
porque hoy, no vivo
porque hoy, no río
y celebro la existencia
por todo lo que quiero.
La historia se repite
con mínimas variantes,
más un regresar inseguro
y tan fugaz
como un instante
en la eternidad
de la vida
blanca, como te gusta.
- Loiba Sober -

domingo, 30 de diciembre de 2007

A PAPA NOEL






Ahora, en estos momentos en que hay una campaña para que te quedes por las frías tierras del norte y no vengas a la calorcita del sur; quiero ponerme a tu lado y decirte que yo, si quiero que vengas y tu trineo también. Para una vez que se va haciendo la cosa bien, la de quitar fronteras, a ti te la ponen, a ti que vienes por el aire. Quien le diera a muchos pobres negros, en vez de venir en patera poder venir por el aire. Seguro que un mal viento los devolvería. La suerte del pobre....
Creo que quien te la está liando son los reyes Magos que te tienen envidia, eres más cachondo y además tus regalos son juguetes y aparatos electrónicos, los de ellos, no se salen de lo mismo, pañuelos, corbatas y calcetines a cuadros rojos, los deben de comprar en los "chinos" ; más como durante dos mil años vienen trabajando esta zona sureña, no quieren que otros les hagan la competencia. Fíjate ahora, Papá Noel, San Nicolás, Santa Claus... la gente se arma el bolsillo un lío.
Bueno, tu eres diferente, bonachón, con esa panza en dónde guardas toda la bondad que es posible en una persona, si es que eres persona. Te he visto en la tele, dirigiendo el taller en que fabricais los juguetes, no es que tu trabajes mucho, pero animas coño, animas con tu soberana risa, que quien se la diera a los Magos, tan modositos ellos, tan chuletas, tan amargados, con sus calcetines rojos y sus corbatas... sus pajas y sus pajes, y sus camellos echando humo.
Tu eres capaz de hacer feliz a un niño y quien es capaz de eso, merece un gran respeto por mi parte y por parte de todo el mundo.
Los niños, aún no han caído en el san Nicolás y en el santa Claus. El día en que se enteren, lo va a sentir el bolsillo de sus responsables. San Nicolás, ha dejado el euro por la libra esterlina, no se anda con coñas, y eso encarece.....El día en que los niños espabilen aún más ...Habrá que explicarles cosas que deben saber pero que no se les dice, por la ilusión de verlos abrir los paquetes multicolores. Como si fuesen tontos. Los niños, disimulan muy bien y así les va, lo digo con mucho conocimiento, porque en mi casa, cuando los padres iban, yo ya estaba de vuelta, pero claro, era bueno disimular y poner cara de admiración ante aquel coche con el que ya habías estado jugando toda la noche. Inocentes padres.
Noel, nada te pido, bueno si, una cosa, que mis compañeros y compañeras no se alteren y enfaden nunca, que no se vuelvan intolerantes. Que sigamos con la armonía de la que siempre hacemos gala; sin mimos, que los hay. Si, ya se que la edad ayuda, pero ellos, al menos me parece, son tan jóvenes....
Deseo que vengas al sur, aquí cabemos todos al igual que todos deberíamos caber en cualquier punto del planeta, incluso los Reyes de Oriente con sus corbatas y calcetines a cuadros rojos, san Nicolás y santa Claus que tanto lío me meten en la cabeza, porque los mezclo.
Traenos paz. Si, ya se que es mucho pedir, al menos, inténtalo. Si no, ¿ para qué quieres esos sacos si vienen vacíos....?., y traer las ganas de mejorar día a día, a ver si de una vez nos entendemos todos, aunque sea por medio de unas puñeteras señas, y no a patadas.

sábado, 29 de diciembre de 2007

CARTA A LOS REYES DE ORIENTE






Majestades :
Sigo creyendo en la buena voluntad de las gentes, aunque en lo que a vosotros concierne, me tengo que declarar agnóstico. Cantidad de de noches del cinco de enero, he intentado mantener al menos un ojo abierto para veros, y a continuación, contárselo a todos mis amigos, y jamás lo he conseguido. Se perfectamente que los que aparece en la tele o los que veo por la calle, son de mentira, no tienen porte de rey. Me he fijado y algunos, llevan trajes de papel pintado y las barbas y bigotes siempre los mantienen a duras penas, torcidos, mal colocados. A mi, no me la cuelan.
Melchor, no se por qué me tienes atravesado. Siempre la misma corbata, una corbata horrible envuelta en un papel arrugado, como si la hubieses cogido del fondo del saco. Sabes que no uso corbata y por eso, no me caes bien, me pareces un "enteradillo" que siempre quiere ir delante de los otros dos. La humildad, Melchor, la humildad.
A ti Gaspar, que te voy a decir con esa caja de pañuelos que siempre me regalas. Te estás quedando calvo. No los quiero, quédatelos e intenta "colocarlos" en los semáforos. Si esos son tus regalos.... únete a Melchor.
Y tu Baltasar, siempre la misma disculpa. - E que chico, pola noche no ze ve ná- ; pues abre bien los ojos o enciende una vela que para eso son.... siempre esos calcetines a cuadros rojos.
Al menos antes, me desafiabais con carbón, pues sabed, que el carbón de bolas, era fantástico para las batallas, en vez de las piedra de granito que tanto dolían.
Esto que os digo, es lo que siempre me habeis dejado. No os cansais nunca. Que no, que no quiero corbatas, ni pañuelos ni esos calcetines rojos, horribles; quiero, que de esa caja en donde guardais los regalos para las gentes de buena voluntad, me dejeis suficiente amor, para que lo reparta entre todas las gentes que me quieren y a los que quiero. Para que lo reparta entre las gentes que no me quieren, pero yo si quiero.
Os pido, que no mireis tanto para nuestro pais y arregleis en la medida posible - la cosa está muy fastidiada - esa zona de Oriente, vuestra zona; y tu Baltasar, reparte más por Africa. Juntos, acudir a la América necesitada, a todos los que pasan hambre y necesidad. Hoy por hoy a nosotros nos llega, unicamente necesitamos fe y caridad y yo, que soy el que pido, Vida y Paz, ¡ casi ná !, y para los camellos ... dejen en paz a los niños, que no se lo merecen.
No quiero felicidad, que de eso ya tengo, pero para los que no la tengan, llevársela. Os propongo una cosa, si le dais a Angel mi vecino, la movilidad que tanto ansía, renuncio a todos mis regalos materiales.
El día que de verdad consiga veros y hablar unas palabras , dejaré se ser agnóstico en lo que a vosotros se refiere - me falta Papá Noel -, e iré de pueblo en pueblo cantando vuestras bondades.
El día que consiga hablar con vosotros, ya os pediré, ya ......

viernes, 28 de diciembre de 2007

AÑOS DE LLUVIA MENUDA






En aquellas tardes ferrolanas, de lluvia menuda y contínua, con las punteras de los zapatos embarradas de patear lo que se ponía por delante caminábamos, y frente a la imprenta "El correo gallego", comprábamos en una tiendecita, unas cajitas de madera que contenían el primer turrón de la temporada. Aquella tienda, creo que unicamente abría al acercarse las navidades. El resto del año, permanecía cerrada.
Aquella cajita, que guardaba un turrón blando, nos hacía los niños más felices del planeta.
Cuando aquello terminaba, nos íbamos a los "crollos", una bolitas duras como el acero y junto a los pirulís de la Habana .... que se comen sin ganas -como decía el anunciante -nos tenían un tiempo entretenidos y tranquilos. Las niñas, que siempre manejaban más dinero, compraban en el Negrito, una mezcolanza de pasteles, los "picaderos".
Hoy, al abrir el frigorífico, me he dado de bruces con un ciento de turrones, cada uno de ellos de un sabor diferente. A mi, que me dejen el blando y el duro, los tradicionales; lo otro, es lo otro pero no es turrón. ¡ Ay ! tardes de calle Real, arriba y abajo, con el dichoso y enorme pirulí en la boca, pegándote los dientes. Quizás, si hubiera tenido más dinero, hubiese comprado picaderos para toda la pandilla; bueno, algo sobró del cine que terminamos gastando en el carrito de la algarroba. Qué paciencia la de aquella mujer con los niños....
La primer vez que llegué a Mallorca, me di de bruces con unos árboles, de los que pendían algarrobas, que se podían coger sin problemas. La primera vez que fuí a Tuy, me di de bruces con una gran cantidad de viñedos que te ofrecían, sin más, todas las uvas del mundo. En ambos casos, donde mucho hay, qué poco como.
Aquellos años de lluvia menuda, insistente, los cines nos amparaban con su calorcilla. En ellos, se le gritaba al "malo", se aplaudía al "bueno" como aplaúdíamos a la marioneta que daba una paliza a la bruja con aquella paleta de madera, que llevaba cruzada en el pecho.
Aquellos años de lluvia menuda, persistente, lluvia triste y de portales, de mi primera multa por pescar peces rojos en el estanque del Cantón. Años de cine, de "descanso, diez minutos. Visite el ambigú". Los cines, siempre olían a cáscaras de cacahuete pisada o al menos, eso me parecía.
Los cines del follón continuado en el "gallinero". Hombres mezclados con niños; marineros mezclados con niños; la flor y nata de los barrios mezclados con los niños. He ido mucho, muchísimo al cine, las más, a "gallinero", y jamás esa gente movió un dedo en contra de los niños, los defendían como propios, nos defendían contra todo y todos.
Aquellos años de Ferrol, días de agua menuda, constante,contínua, impaciente que se colaba por todo el cuerpo.
¡ Qué maravillosa aquella lluvia !, ¡ qué hermosos aquellos tiempos !.
Al menos, a mi, me lo parecían, ahora que los recuerdo.

jueves, 27 de diciembre de 2007

PRONTO SE ABRIRÁN LOS PARAGUAS






Primero la humedad, luego el frío que inicia su recorrido por los poros y de ahí al alma; luego la noche, siempre es noche en invierno, en casi todos los momentos está presente mezclada con el frío.
Las gentes caminan encorvadas, apuradas; al cuello, bufandas de mil colores que se agrisan en la oscuridad, mientras intentan no pisar el interior de un charco. -Siempre hay charcos -, piensas mientras sientes que te has metido en uno, que el interior de tu zapato va lleno de agua que empapa el calcetín, pero sucede que el pie no se te hiela, unicamente vas incómodo y frío.
Las gentes, entran y salen de los comercios primorosamente adornados, las gentes siempre llevan prisas aunque no tengan que ir a algún sitio, no saben a donde dirigirse, pero caminan; todos caminan encorvados, es como si un personaje gigante en lo alto, con unos hilos los fuese moviendo, les obligase a caminar en medio de la lluvia y el viento, sujetando con fuerza sus paraguas,
La música molesta. Hay competencia entre los comercios para llamar la atención. Cada uno de ellos, presume de la potencia del amplificador que acaban de comprar, no tienen ni puñetera idea y hablan de decibelios como de calcetines. Las gentes sufren con tanto villancico que les entra a la fuerza por los oídos, pero es invierno, son días de compras, de fiestas, de poner la música a todo volúmen, que se enteren los vecinos....
Los niños, siempre salen perdiendo. Cuando al fin los paran frente un escaparate lleno de juguetes, una mala mano, con fuerza, a traición, tira de ellos y los arrastra hacia una de perfumes. Aquí, no valen las protestas y el niño sabe, que aunque la "arme" no le van hacer caso porque ello ya viene de antiguo y los padres, hoy, ya no son aquellos que lo consentían todo.
Un juramento aterrador se escucha en la noche. Un auto, ha metido una de sus ruedas en un bache un poco profundo y ha duchado al peatón de arriba a los zapatos. Continúa jurando en sanscrito. La esposa le tira de la manga para que se calle, el hombre se encabrona más y más. Vaya noche le espera a la mujer. Mañana temprano llamará a sus amigos... - ¿ Por qué no lo denuncias ?. - Porque, en medio de la noche, no le pude ver la matrícula. - A mi, hace unos días me pasó ....
Y así, uno a uno, les va contando su tragedia.
En el invierno que nos cobija, muchas veces, para matar el tiempo, me entretengo viendo correr las gotas de agua por el cristal. He intentado hacer carreras con ellas, pero las hay muy puñeteras que engañan. Comienzan solas, independientes y a medida que se acercan a la meta -la parte baja del cristal- se van uniendo a otras, lo que hace, se deslicen vertiginosamente, y eso supongo, es hacer trampas. Como no hay normas..... Cosa de viejos.
A través del cristal miro hacia lo lejos y veo, como poco a poco, se viene acercando la lluvia, un diluvio de lluvia que vas oscureciendo los montes. Pronto, muy pronto, se abrirán los paraguas.

miércoles, 26 de diciembre de 2007

PAPÁ NOEL






Me acabo de cruzar con Papá Noel, un Papá Noel esmirriado, sin esa oronda barriga con la que lo pintan ni tan siquiera, la cara de bonachón. Hace sonar una campanilla de metal, tres aburridos niños vestidos de rojo a su lado.
Va sentado en una calesa, de la que tiraban dos caballos muy altos, majestuosos, al trote. Delante, un auto de la policía municipal, con todas las luches encendidas, haciendo sonar una sirena de vez en vez, a espacios irregulares.
A la gente con la que se cruza, no le interesa esa estampa que circula por sus proximidades, no le hacen caso y es por ello, que me hace pensar, que la campana que toca ese repartidor de juguetes, unicamente sirve para avisar a los peatones, tengan cuidado con los caballos.
Los Reyes Magos, son más pausados, más generosos, tienen más "tablas" y saben como montárselo; primero, arrojan caramelos, grandes cantidades de caramelos. Hay que estar con un ojo puesto en el caramelo que se va a recoger y con el otro, pendiente de que alguno no te caiga en la cabeza, ya que, es mucha la altura desde la que los lanzan, algunos pajes, enfurecidos, los envían con fuerza inusitada, a cabronada -. Antes, eran los niños quienes defendían su hombría peleándose por los caramelos; ahora ya son todos, padres e hijos. Si los padres se sienten observados, alegan que son para los niños y cuando éstos se los piden, se los deniegan con la excusa de que les pueden hacer daño.
Hay una guerra soterrada entre el que viene del norte y los que llegan de oriente. Los niños, muy puñeteros ellos, dicen: a Papá Noel la bicicleta; a Melchor la consola; a Gaspar la tabla de surf; a Baltasar el ordenador y a mis padres y a mis abuelos, una televisión de plasma para mi cuarto de estudio.
Los padres, abren sobres con felicitaciones y buenos deseos que les envían. En esos momentos, el padre está leyendo una que acaba de recibir. Felices fiestas y próspero año nuevo..... le felicita el director del banco en dónde tiene la hipoteca.
Hoy he visto a Papá Noel, sin pena ni gloria. Pasó muy rápido en una calesa,tirada por dos hermosos caballos, tocando una campanilla de metal, para que la gente se apartase a su paso, supongo. La policía delante, le abría la marcha como se abre a los presidentes de naciones que van de paso.
Papá Noel, debería pasar más despacio, recreándose. Las mujeres, casi todas con dos o tres barras de pan que le asoman por las bolsas, se pararían y alguna, estoy seguro de que aplaudiría y avisarían a los niños para que lo viesen. Los hombres no; los hombres aún están en casa esperando la salida del sol, porque hace frío, mucho frío.
Los Reyes Magos, como siempre, vendrán amparados en la sombra de la noche y en silencio. Más de una vez intenté permanecer despierto para verlos sin que me viesen, más el cansancio siempre podía conmigo.
Hoy si, hoy he visto a Papá Noel. Lo vi muy esmirriado, tocando una campanilla de metal, sin dejarse ver por los niños..... parecía temeroso.

martes, 25 de diciembre de 2007

NAVIDAD


lunes, 24 de diciembre de 2007

DÍA DE NOCHEBUENA.






La mujer de los cabellos grises y ojos azules, camina hacia la parte trasera de la casa, arrastrando los pies que cubren unas zapatillas a cuadros, demasiado grandes para ella. Abre la puerta, mira hacia Chamorro y dice su diaria oración: Dios te salve María... éstas habas ya están a punto de madurar, ... llena eres de gracia..., ¡ qué bonitos los gladiolos !...., el Señor es contigo...., los tomates van un poco lentos, con éste sol, pronto se podrán comer.....
Entra en la habitación de su hija, la única familia que le queda. Su hija está en el ejército, muy lejos, en un sitio que nunca recuerda y cuando le viene a la memoria, no lo sabe decir por lo difícil que es de pronunciar. Su hija, se empeñó en ir. La casa, necesita un tejado nuevo, el actual tiene muchas goteras y cuando llueve, siempre hay que repartir cubos por el suelo. Mira el retrato de la hija, una níña que sonríe, le da un beso, continúa limpiando.
La mujer del pelo gris y ojos azules está muy sola. A su marido, le decía continuamente que no fumase tanto, pero no hacía caso. Murió a edad temprana por culpa de un maldito cáncer, murió delirando. Si llega a estar su marido - piensa -, el tejado estaría reparado, la casa pintada de un color blanco y las habitaciones, cada una de un color ¡ Ah !, si viviera su marido.
La mujer del pelo gris, enfundada en un vestido negro, se dispone a salir, tiene que hacer los recados habituales. A los lejos, por el sendero, dos personas que se acercan, cada vez son más enormes sus siluetas. Hablan con la mujer y le hacen entrega de una cajita alargada y una bandera primorosamente doblada. Le han dicho algo, pero en aquellos momentos, sus sentidos, todos sus sentidos permanecieron bloqueados.
Entra en la casa, guarda los objetos en la cómoda de su hija y apretando su retrato, llora desconsoladamente, primero en silencio y a continuación grita como un animal herido, porque, si que es un ser muy herido. Pasan las horas, con la cara desfigurada, descuelga el crucifijo, descuelga el cuadro de una virgen que tanto le gustaba, y los guarda en un cajón. Dios le ha dado la espalda, Dios le ha quitado todo.
Toma la bandera, mira la cajita que le entregaron, en un lado se puede leer 14 euros, la abre sin ganas y allí, en su interior, un trozo de metal pintado.
La mujer de los ojos azules, camina ahora por un sendero, en sus manos la bandera y la condecoración. Sus ojos miran al infinito. Pisa la playa, ya está en el mar donde las olas la besan y la llaman. Camina, continúa, sigue, avanza más y más hasta que desaparece bajo la alfombra azul con espuma blanca. Al poco, sale a flote la bandera que se ha ido desplegando y que al final queda extendida sobre la mujer, como un campo de claveles rojos y amarillos. Como si hubiese llegado de nuevo la primavera.
Por el camino que lleva a la casa de la mujer de los ojos azules, dos hombres avanzan, cuanto más se acercan, más grandes las siluetas a contraluz. Regresan a recoger la medalla y la bandera. Han equivocado la dirección. Ha sido un joven a quien a destrozado una bomba, la hija de la mujer de pelo gris viene de camino para pasar las Navidades con la madre.

domingo, 23 de diciembre de 2007

CÓMO TE RECUERDO, AMIGO DEL ALMA



En la época en que los eucaliptos florecen y desprenden ese olor a menta que lo embriaga todo, mi hija, que para entonces estudiaba en Coruña, llegó a casa con aquella bola blanca de nieve, de algodón, de espuma de las olas cuando corren unas tras otras jugando y llegan a la playa.
Con el floreciminto de los eucaliptos, aquella bolita, en el suelo, intentaba caminar pero sus patas traseras resbalaban en la madera. Mi hija, quiso que se llamara "Natas", yo hubiera preferido el nombre de Pepe, es mas entrañable.
En casa de mis padres siempre hubo perros, no para guardar la finca precisamente, la llave de la casa siempre la recuerdo en el jardín, metida en una maceta, el perro, hacía mucha compañía. Recuerdo al "Re", vago hasta para comer, que lo hacía tumbado, con la panza al sol y así, el de turno, le iba metiendo comida en la boca. Era pequeño, juguetón, malvado con los calcetines, ladrón con lo que pillaba, de raza... qué más da. Si le dabas un huevo crudo, le hacía un agujero pequeñísimo y por ahí, vaciaba el contenido.
Otro que recuerdo, el "Zar", un collie siempre pegado a las faldas de mi madre, escepto cuando los jóvenes vecinos, lo llevaban a algún concurso y regresaban siempre, con algún premio.
Natas, el perro de mi hija mientras estuvo en Ferrol, era puñetero con quien era puñetero con él, y ahí me apunto, te las guardaba; pero docenas de veces se quedaba dormido en mis brazos y ahí permanecía. No quería despertarlo y me mantenía quieto aunque en la espalda, se me clavasen miles de agujas.
Le echo de menos, como de menos nos echaba él cuando nos íbamos de casa. Se metía bajo la cama una, dos, tres horas, diez horas, sin probar bocado. Cuando regresábamos, ¡ qué alegría!, ¡qué fiesta!, ¡cuánta nobleza! y sus ojos, sus grandes y hermosos ojos, cómo brillaban. ¡ Ah !, cómo te echo en falta.
De paseo, yo no lo llevaba. Lo veía muy pequeño en medio de otros mastodontes, pero en casa si jugaba hasta la extenuación. No soy buen comedor, para mi era un alivio -para él también -, tenerlo a mi lado a la hora de comer, ya que sin que me vieran, mi comida iba del plato a su estómago directamente. Y como sabía el puñetero las horas de la "manduca"...... más de una vez lo empaché.
Un maldito día, el perro se puso triste, no intentaba morderme cuando le apretaba el hocico. El veterinario dijo que había vivido bastante. Allí quedó para esperar la muerte sin enterarse.
Sólo, en una habitación de casa, lloré con dolor, como jamás había llorado. En silencio, lo sigo llorando y es hoy el día, en que al pasar frente el veterinario, miro hacia el interior de la tienda, por si "Natas" está en el rincón esperándome, sobre sus patas traseras como solía ponerse para fisgonear en la mesa y enterarse de lo que en ella había.
En las fechas en que florece el eucalipto, me hubiera gustado recuperarlo de nuevo, porque en mi corazón ha quedado otro hueco. Mi corazón, a lo largo de la vida, se me ha llenado de huecos, antes ocupados por los que ahora ya no están.
Cuando florecen los eucaliptos, es cuando más los echo en falta.

sábado, 22 de diciembre de 2007

NACÍ CAPRICHOSO






Fuí al mar en busca de olas, pero la mar estaba calma. (Lucas. Opus 5, Versículo 12).
Subí al monte para ver un paisaje inusual, y la niebla lo cubría todo. (Mateo. Opus 9,Vers. 7).
No siempre podemos tener aquello que tanto ansiamos y por lo que suspiramos día a día. Siempre he sido un caprichoso porque todo cuando ansié, me lo dieron. Sabía como enamorar a mis abuelos, ya lo creo que sabía, y eso que no levantaba más de dos cuartas del suelo.
Nací caprichoso y lo sigo siendo en menor medida. He llegado a un punto en que voy a los grandes almacenes y a mi, que me encanta todo lo que lleve algo de electrónica, hoy por hoy, no hay nada que me llame la atención porque de todo dispongo, incluso aparatos caros que aún no he usado, porque no tengo el humor de ponerme a descifrar esas interminables instrucciones, muchas veces escritas en español macarrónico.
He dejado de ser muy caprichoso y me alegro, porque se que en esta vida que nos toca, hay mundos en los que no nos fijamos, que nos creemos que nos quedan lejos y los tenemos a la puerta de nuestra casa. Culturas atractivas, que les decimos.
Conocí a Andrés, un hombre bueno que pedía algunas monedas para subsistir. A cambio, te enseñaba una estampa de un santo, jamás adiviné que santo era, por la mugre que tenía sobre la cara y cuerpo. Sólo se le veía un trozo de falda, que bien podía ser la de san Anastasio o la de Pamela Anderson antes de meterse en el mar. Bendita inocencia la de Andrés que en medio de aquella mugre, veía un santo. Milagros, siempre los ha habido sin ir a Lourdes. En una ocasión le dije que enseñara otra estampa más nueva, contestó que unicamente tenía esa que le había dado un cura al que pidió limosna para comer algo. El cura, de buena panza, le dió la estampita, como alimento del alma, pero con ese alimento, las entrañas ante el hambre, muerden y cómo murden las puñeteras entrañas.
Hace años, un compañero me abordó en la calle mostrándome una invitación de boda; se casaba. Tomé la invitación para guardar y me dijo que nones, que unicamente tenía esa y era la que mostraba a la gente. Era la invitación de "prueba" que le hicieron en la imprenta. Si compraba el lote, me dijo, se le iba muchos dinero.
A Andrés, no le dieron estampa alguna en la imprenta, se la dió un cura como alimento del alma.
Andrés necesitaba, le era primordial de vez en cuando, el otro alimento.
Nací caprichoso, me alegro de serlo sólo a ratos, no me importa, lo necesito, es parte de la Vida que siendo tan hermosa, enamora. Vaya si enamora.

viernes, 21 de diciembre de 2007

COMIDA DE TRABAJO






Ayer, tras salir de clase, los que fueron; tuvimos una comida de trabajo. Las comidas de trabajo son el cachondeo padre, subido a la enésima potencia. De trabajo .... nada de nada, de soluciones, menos.
La conversación, si que es muy fluída. Del tema principal que maldita se hoy cual ha sido, se pasa a los temas menores, montando unos sobre otros porque somos habladores, muy habladores, y siempre tenemos algo que decir, como si hubiésemos permanecido callados durante un mes.
Las comidas de trabajo, entre personas que aprecias, que quieres, deberían sucederse todos los días. Son momentos en que rodeado de "mi gente", soy inmensamente feliz, aunque no participe en la conversación y permanezca escuchando, porque en las comidas de trabajo se aprende mucho.
Ayer alguien manifestó, que el dibujo no se aprendía. Sin otro afán, ni tan siquiera el de venganza, hoy en vez de fotos, traigo unos dibujos hechos para personas mayores con el fin de que los incrédulos, comiencen a darles color, cualquiera de los colores de la vida, Vida con mayúscula; pero tienen que procurar no salirse de los contornos y de no colorear sobre la pantalla de un portátil que se estropea. Hacerlo .... es fácil ¿ verdad ?.
Tengo unos compañeros, tengo unos amigos que no los merezco. Quisiera aportarles más, pero es que jamás piden nada y si, lo dan todo. Dan sobre todo, la alegría que a estas edades y en estos tiempos que corren se necesita. En medio de ellos, jamás me haré viejo ya que mientras hay risas, risas contínuas, a todas horas, a cada momento, hay juventud.
Meto en el saco a las gentes de Coruña que en la distancia, nos animamos mediante el bendito correo electrónico o mediante el pensamiento que tiene la facultad de volar, hacia los que aprecias, ya que penetra en todos los rincones que tu quieres y es por eso que incluso a los que ya no están, se les tiene presentes como si estuviesen. Llevo más de siete años en el Campus, que sepa, aún no se fué nadie al otro mundo..... veis como las risas en compañía ayudan......
Gracias a todas y a todos. Infinitas gracias por la Vida que me dais.
PD/ Y que sigo acordándome del gato "Tinker"........

jueves, 20 de diciembre de 2007

PUÑETERO GATO






Llega la Navidad, la tenemos encima o a la vuelta de la esquina, según se mire. De niños, la ansiábamos porque nos suponía regalos y vacaciones. Yo, hoy en día la espero, como espero que termine el lunes.
La Navidad ya le ha ganado la batalla al día de Reyes. Los niños, que son muy puñeteros ellos, se han inventado lo de los regalos en las dos fechas. Es por ello, que los grandes almacenes se frotan las manos. Los grandes almacenes siempre se frotan las manos todo el año; a saber, el jueves día de la madre, luego el día del abuelo, el día del árbol, de la escalera de caracol, de las nuevas generaciones, de la paz, de la nieve, del padre, del sentimiento humano, y vaya usted contando, si quiere.
A mi, me gustaría ser el gato Timber. El gato Timber, heredó de su dueña, una puñetera londinense, supongo que amargada, llena de pecas y muy delgada, la cantidad de 800.000 dólares para sus caprichos. Puñetero gato, lo que yo daría por ser su cuidador, lo que yo daría por ser su amante. Las iba a pasar canutas y, que viniera la vieja del otro mundo a decirme algo.
Estas fiestas, se me hacen largas, estoy deseando volver a las clases y hablar con los compañeros, ¿qué te echaron los Reyes ? - A mi, un bolso de Carolino Fierro y éste chal de Pirgamí. - Que suerte has tenido, se han portado muy bien, ¿ y a ti ?. A mi me regalaron el gato Tinker - mientras pongo los ojos en blanco. ¿Un gato.....? - ¡ Bah!, déjalo, aún viene de camino.
Si mirais hacia lo alto, a las ventanas, a los balcones, vereis cantidad de Papas Noel repetidos que trepan e intentan entrar en las viviendas sin conseguirlo. Me he fijado que no llevan nada en el saco que tienen en la espalda, entonces, ¿ por qué quieren entrar ?, ¿a ver si pillan algo?. Al menos dentro de la horterada del mundo, dan colorido. Tengo un vecino que le ha colocado lamparitas todo alrededor y así, luce a todas las horas del día al estilo Elvis, que creo, tenía también un traje con muchas bombillitas.
Los americanos en estas fecha, adornan sus casas con miles de lámparas y artilugios, hay una férrea competencia entre ellos para ver quien destaca más. La prepotencia que sacude su ignorancia al caminar sobre el suelo resbaladizo. Aquí, me he fijado, sin prisas, ya se comienza a copiar.
Yo, en la ventana, no tengo puesto ni los Reyes Magos ni un maldito y repetido Papá Noel. Pero si me gustaría tener colgado de los......, del rabo, al puñetero Tinker y que viniese la dueña a reprobármelo. Que venga la dueña y el gato, vivo en un piso once. Los espero.

BOFETADAS