jueves, 27 de diciembre de 2007

PRONTO SE ABRIRÁN LOS PARAGUAS






Primero la humedad, luego el frío que inicia su recorrido por los poros y de ahí al alma; luego la noche, siempre es noche en invierno, en casi todos los momentos está presente mezclada con el frío.
Las gentes caminan encorvadas, apuradas; al cuello, bufandas de mil colores que se agrisan en la oscuridad, mientras intentan no pisar el interior de un charco. -Siempre hay charcos -, piensas mientras sientes que te has metido en uno, que el interior de tu zapato va lleno de agua que empapa el calcetín, pero sucede que el pie no se te hiela, unicamente vas incómodo y frío.
Las gentes, entran y salen de los comercios primorosamente adornados, las gentes siempre llevan prisas aunque no tengan que ir a algún sitio, no saben a donde dirigirse, pero caminan; todos caminan encorvados, es como si un personaje gigante en lo alto, con unos hilos los fuese moviendo, les obligase a caminar en medio de la lluvia y el viento, sujetando con fuerza sus paraguas,
La música molesta. Hay competencia entre los comercios para llamar la atención. Cada uno de ellos, presume de la potencia del amplificador que acaban de comprar, no tienen ni puñetera idea y hablan de decibelios como de calcetines. Las gentes sufren con tanto villancico que les entra a la fuerza por los oídos, pero es invierno, son días de compras, de fiestas, de poner la música a todo volúmen, que se enteren los vecinos....
Los niños, siempre salen perdiendo. Cuando al fin los paran frente un escaparate lleno de juguetes, una mala mano, con fuerza, a traición, tira de ellos y los arrastra hacia una de perfumes. Aquí, no valen las protestas y el niño sabe, que aunque la "arme" no le van hacer caso porque ello ya viene de antiguo y los padres, hoy, ya no son aquellos que lo consentían todo.
Un juramento aterrador se escucha en la noche. Un auto, ha metido una de sus ruedas en un bache un poco profundo y ha duchado al peatón de arriba a los zapatos. Continúa jurando en sanscrito. La esposa le tira de la manga para que se calle, el hombre se encabrona más y más. Vaya noche le espera a la mujer. Mañana temprano llamará a sus amigos... - ¿ Por qué no lo denuncias ?. - Porque, en medio de la noche, no le pude ver la matrícula. - A mi, hace unos días me pasó ....
Y así, uno a uno, les va contando su tragedia.
En el invierno que nos cobija, muchas veces, para matar el tiempo, me entretengo viendo correr las gotas de agua por el cristal. He intentado hacer carreras con ellas, pero las hay muy puñeteras que engañan. Comienzan solas, independientes y a medida que se acercan a la meta -la parte baja del cristal- se van uniendo a otras, lo que hace, se deslicen vertiginosamente, y eso supongo, es hacer trampas. Como no hay normas..... Cosa de viejos.
A través del cristal miro hacia lo lejos y veo, como poco a poco, se viene acercando la lluvia, un diluvio de lluvia que vas oscureciendo los montes. Pronto, muy pronto, se abrirán los paraguas.

BOFETADAS