jueves, 29 de noviembre de 2007

UNA DE FANTASMAS






En una barco de vigilancia, se colocó una paloma de goma a tamaño natural, en una cruceta, en el centro del puente alto, en la crujía del buque,
Pues bien, cuando algún invitado subía a bordo, se admiraba de que aquel animal, no se moviera de su sitio, incluso cuando el barco cabeceaba por mala mar. No se atrevían a acercarse por miedo a que emprendiese el vuelo.
En mi último trabajo; entre la ventana y la mesas, crecían todo tipo de plantas que me iban trayendo. Las judías, subían por los tubos de la calefacción, la planta del melón avanzaba por el suelo cada vez más y en macetas, pinos mediterráneos, naranjos, limoneros, un bonsai y muchas más. En una ocasión me trajeron una calabaza de unos cuantos quilos, que asociada a la planta del melón, para los que no entendemos, daba el pego. Aquella oficina que en principio debería de ser seria por el trabajo que en ella se hacía, era el cachondeo de la parroquia y yo estaba a gusto.
Una compañera me trajo unas flores de tela que coloqué con unos alfileres, en plantas insulsas. Mucha, mucha gente que se acercaba, tomaban el tiesto, olían la flor y se admiraban de tanto olor, tanta fragancia que decían algunos.
Viene esto a cuento, de que hay personas que ven, lo que desean ver. Tan seguras están de que lo suyo es lo verdadero, que lo discutirían hasta la extenuación. Gente que no quiere ver más allá de sus narices, da pena. Alguna vez intenté corregirlos y casi me hacen creer lo que ellos/as creían. No es una deformación de la mente, es la deformación del concepto.
A esta gente, antes de enterrarlos/as se les dicen que van a ir en una caja redonda, como los pudientes. Una vez bajo tierra, mientras hacen el curso de fantasmas se colocan de todas las posiciones posibles en su caja y caben porque creen que es redonda. No se dan cuenta de que los fantasmas se pueden colar por el ojo de una cerradura. Siguen siendo fantasmas y aún lo dudan.

BOFETADAS