sábado, 17 de noviembre de 2007

HACE FRÍO.






Cuando hay mar de fondo, cuando está alborotada, me echo a los caminos temprano, y os aseguro que hace el frío del grajo cuando vuela bajo. Al cabo de media hora, las manos que dolían a más no poder, van tomando temperatura y la nariz, dolida por los pañuelos, ya va tomando forma.
El sol comienza a asomar. Bandadas de pájaros cruzan ante mi, y eso que no he salido apenas de la ciudad. En el campo, ya no hay pájaros, la gente no trabaja apenas las tierras y las aves, como cualquier emigrante, van a donde está la comida, a la ciudad.
Unos patos en formación se dirien al sur y los estorninos, cubren los campos, desconfiados, picoteando a un lado y a otro.
Es ahora, cuando monto la cámara y es ahora, cuando caminando, te vienen todos los buenos recuerdos que te hacen olvidar el camino, el cansancio y hasta el mundo en que vives.
Al final de la jornada, el corazón no te cabe en el pecho, palabra.

BOFETADAS