lunes, 31 de marzo de 2008

TE RECORDAMOS, PEPE LEYRA






Hace unos días en clase, hablábamos y recordábamos a antiguos profesores. Me vinieron a la memoria doña Cármen Fontenla a la que todos los días tenía que entregar un ejercicio de redacción, que lo guardaba con cariño y que me alentaba para que siguiera la senda de la "pluma", más al pensar que había que escribir tantos folios para hacer una novela.... soy muy vago. Pensé en Ángeles, profesora de ciencias Naturales en 2º que me abrazaba fuertemente y que me invitó a su boda. Recordé a unos cuantos de buenos profesores /as, pero el que tuvimos todos in mente, fué como no, a don José Leyra Dominguez.
Un día en que una pandilla de niños, esperábamos sentados en el aula del laboratorio la llegada de un nuevo profesor, apareció él, elegante como siempre, grande para nosotros, que nos estuvo mirando un buen rato mientras nosotros adivinábamos por dónde respiraba De sopetón, con una voz cavernosa dijo: ¡Parecen bobos, coño!.
Hay aquel ¡coño! dicho por un profesor. Nosotros lo decíamos continuamente, pero en boca de un profesor.....De ahí en adelante nos acostumbramos a su vocabulario de tertulia. Poco a poco nos fué conociendo y abriendo su corazón y su cerebro lleno de sabiduría; Napoleón- decía- la tenía muy pequeñita. Caras de asombro por tal descubrimiento.. ¿Quién apuesta algo?. Uno decía que una peseta; pues... proseguía, vaya usted a mi casa, le abrirá mi hijo, vaya a la biblioteca, en el estante cuatro, el libro de la colección Austral que hace el número ciento veintiseis comenzando a contar por la izquierda, en su página sesenta y ocho, ahí se puede leer, lo que ocurre es que está escrito en latín y a usted, lo veo jodido para traducirlo, pero mi hijo lo hará. Y, perdía la peseta, porque era cierto; entonces reía con aquella risa grave que le salía de lo más hondo del estómago, a saltos.
Era así, nos enseñaba historia, pero no le importaba recitar todos las islas del Japón durante la hora de enseñanza, si se lo pedíamos. Nuestra clase, era un contínuo exámen que le hacíamos y que respondía a todo al instante, haciendo más agradable nuestros estudios. Era, en verdad, un hombre sabio.
Se compró una Vespa y orgulloso me dijo: Ayer le vi en Canido, ¿ se fijó que solté una mano de la moto para saludarlo ?... pocos días más tarde llegó a clase peor que un Nazareno; se había caído y no había muerto de milagro. Jamás cogió una moto y no se si ultimamente un vehículo a motor.
Sólo lo he visto enfadado un día, en que un compañero aplastó en el aula bombas fétidas. El olor era insoportable y cuando el buen profesor descubrió al culplable, unicamente le dijo: usted, es merecedor de estar sumergido en un Himalaya de mierda....Pedazo de c.
Pepe Leira para los amigos, abogado, Académico, profesor mercantil, enseñante, escritor, pintor, etc., se que continuará vivo en la memoria de todos aquellos que tuvimos la suerte de conocerle. ¡ No me hagan esa faena otra vez...!. Si no piensan venir a clase, me lo dicen que yo tampoco vengo...
Pepe Leira, compañero, amigo, padre al que hemos querido y tenido por nuestro verdadero MAESTRO, siempre permanecerás vivo entre nosotros.

BOFETADAS