miércoles, 12 de marzo de 2008

LA CALMA, TRAS EL TEMPORAL






Llevaba dos días encogido por el frío, encogido por las circustancias de la vida que de vez en cuando asoman y más en esta esquina del mapa, mapa que hay que mirar derecho porque si se hace vertical se nos manda para Andalucía y el clima, el dichoso clima no concuerda. Estamos en la puerta de entrada de todos los temporales, de las bonanzas y estos días, si que anduvo de juerga el mar. Los de Coruña lo saben y los del litoral también. La mar puñetera y hermosa al mismo tiempo, que tiene fuerza suficiente para romper, doblar todo aquello que se le pone por delante y si no, se lo pregunten a esas personas que zapateó mientras con una cámara querían domesticarla, observando sus idas y venidas sin acordarse o no saber, que siempre hay una ola traicionera en la que su espuma, cabalgando sobre otra espuma, y en las pleamares lo inundan todo.
Pero bueno, hoy al menos la vida ya es de otro color y salgo a caminar contento, como hacía tiempo que no caminaba. Incluso, casi llené los bolsillos de pan, para echar a los gorriones y mirlos que por estas fechas no encuentran nada y las pasan canutas. La vida que a las veces ayuda y lo hace cuando menos lo esperas, cuando te consideras roto, amanece y ves las cosas, las palabras, de un color hermoso, del color de la luz. Los pensamientos, los recuerdos que son muchos, también ayudan y de ellos, podemos estar hablando durante horas; lo que sucede, es que los viejos, unicamente dicen "tonterías" tal como quedó acuñado... Qué poco conocen a los viejos.
Me hubiera gustado al menos, tener un par de nietos para contarles y engañarles con mil aventuras, yo que se, por ejemplo que en tierras del Amazonas fuí rey de una tribu de "escabeches" y en los Polos, en los dos para que se los repartieran, tenía grandes manadas de ovejas y otra vez, con los cruzados a Jerusalen; es que los niños - dependiendo de la edad-, se lo creen todo y te insisten para que se lo vuelvas a contar una y otra vez, y ahí es en donde disfruto y me vengo de los conferenciantes que a lo largo del día van de lugar en lugar soltando verdades o engaños. Mi casa siempre estuvo llena de niños. Recuerdo a Jose, que continuamente venía a que le pintara unos bigotes de espadachín. Se los rotulaba con lápiz de pintar los ojos, la madre que armaba el cristo, el niño que volvía llorando a enseñarme que se los habían borrado; vuelta a pintárselos....una y mi veces. O María, que alzaba los brazos para que le echara desodorante cada cinco minutos y lo que le echaba era matamoscas. ¡Qué contenta iba con aquel olor!. Con otros, jugaba al futbol, todos contra mi; un montón de saltamontes contra un burro, me agarraban, me tiraban, reíamos porque estábamos en medio de la felicidad, hoy tan difícil de conseguir. Menos mal, que aún hoy, tengo un ángel que me la da, se que está conmigo.
Pero los nietos no llegan y mientras, mis batallas, las voy puliendo, mejorando, estudiándolas para el día en que aparezcan.
Hoy como decía, me he levantado feliz. Mientras caminaba mi acompañante era Pavarotti que me trae recuerdos y soñando, tomé sendas entre campos de flores blancas, hermosas, tal como ahora me gustan porque el blanco, puede ser perdón, inocencia, el alba que siempre me encuentra pateando y poniendo en orden mis esquemas, ya que durante la noche, cada uno se ha ido por donde le ha convenido; alguno, se ha ido a visitar las costas de mi Galicia, de nuestra tierra que me gustaría conocer palmo a palmo y recorrer sus ríos desde que nacen, hasta que se entregan al mar, hasta que llegan a la vida. ¡ Qué hermosa es la Vida!. ¡Qué hermosa!.

BOFETADAS