lunes, 29 de diciembre de 2008

NUESTRO PATRIMONIO TIENE VALOR.





Este mundo se mueve a base de caprichos, caprichos que terminan liando a bofetadas a un buen grupo de sacerdotes de diferentes ideas. Cada uno de ellos quieren tener la razón y quien las paga, son las pobres gentes de mi aldea y no tan aldea.
En las iglesias de mi Galicia, el cura decía una, dos o tres misas dependiendo de las distancias y de los curas que hubiese. El resto; esto es, barrer la iglesia, limpiar las campanas,poner unos manteles, las flores, lo hacían las mujeres que se quedan todo el día para vestir santos y que lo hacen con sumo cariño, sin risas ante un cuerpo desnudo, aunque sea de madera. Lo sé porque me lo cuentan. Hace mucho tiempo que dejé de ir a una misa, porque la mente madura y con las libertades, no es nesario ir por ahí a horas que marca la campana. Piso los templos, con otras ideas, cuando me vien en gana y cuando no, como siempre sucede, porque se encuentran cerrados.
La iglesia, está visto, se queda sin sacerdotes. Es cierto que antes había muchos niños en los seminarios, niños con devolción y los más, con terminar una carrera, el bachiller y luego, si te he visto no me acuerdo y esa era la forma, porque sus padres carecían de medios. Hay chicos hoy, que sus padres no nadan en la abundancia, no se van al seminario. En aquellos tiempos, era una comedura de "coco" horrible, dependiendo quien fuese tu confesor.Esa es otra. Un amigo y yo confesábamos en los frailes. El confesaba con uno muy cariñoso y yo tiraba para el más seco. Al cabo del tiempo, mi amigo Pacurri se fué al seminario, y de ahí se hizo cura quedando en Cariño-buen chaval- y yo, gracias a las ánimas benditas y a aquel cura seco, continué rezando el entre todas las mujeres y jugando a futbol.
Hoy sucede que al no haber sacerdotes, hay que suplirlos y se suplen, con gente que suele venir de Sudamérica -por lo del idioma, sabe usted-, gente que pondrá toda la voluntad del mundo, si se quiere, pero fallan en algo muy primordial; no conocen nuestras costumbres y por ello, no respetan nuesto patrimonio. Costumbres y patrimonio de muchas generaciones que se deben preservar tanto o más que el propio idioma, porque forma el libro de nuestra vida, de la aldea, de la comunidad.
No son quienes, para de un plumazo, hacerse tan propietarios de la casa de dios, de todas las gentes e imponer sus leyes a una comunidad, que las ve como extrañas, diferentes a las del día a día.
Recuerdo desde muy niño, pedirle dinero a mi abuela o a mi madre, para echar en la caja de madera del santo. Me gustaba oir el "clac" de la moneda al caer en el fondo de la caja, ya que siempre o casi siempre estaban vacías. En todas las iglesias boetas y más boetas con limosna para tal o cual santo, al final, el beneficiario era el cura, que se supone no estaba en pecado, se le supone sólo; y allí no pasaba nada porque cobraba una miseria. No estoy hablando del cura de aldea. En cierta ocasión llegamos un grupo a un santuario bastante famoso, quise fotografiar la iglesia por dentro para ya estaba cerrada, me fuí hacia un lado, una puerta pequeña me permitía la entrada y allí vi al cura,de paisano, metiendo las manos en un cajón, llenando de billetes, a puñados, los bolsillos para luego salir en moto. También tiene que vivir, estoy de acuerdo, pero la imágen de avaro que mostraba, no le llevaría posteriormente al cielo.
Pues bien, siempre, estuvieron las representaciones de los santos, en los altares de las iglesias. - Durante la guerra civil en Barcelona, los bajaron a todos y unieron a los muertos que sacaban de sus tumbas, para luego quemarlos en una hoguera, entre grandes juergas -. Aquellos santos no hacían daño, ni las momias de los muertos que pasearon por las calles. Soy apolítico; únicamente un apunte, los nacionales, aún no habían llegado a esa ciudad. Las beatas y beatonas -las primeras se tiran un tiempo en la iglesia, las segundas todo el día-, contentas como cascabeles poniendo flores por aquí, por allá, sin hacer daño a nadie, sin estropear nada, adornando primorosamente la casa de dios y del pueblo.
Ay, amigo,.....llegó el comandante y mandó parar. Y los santos bajaron de los altares sin más, y los reclinatorios fuera de la iglesias, que no se pide limosna, que únicamente se dejará una cruz a la altura del altar y en la de Cobas, menos mal, un gran mural creo que hecho al temple,que estuvo a punto de ser ocultado con pintura. Siempre la contracultura, se deja ver.
Conozco que las peleas son constantes, que las visitas al Obispo igual y nadie, nadie quiere entrar en razones, y lo peor, es que nadie da una solución. Según me cuentan, el obispo calla y se inclina un poco a babor, lugar en que están sentados los recien llegados, curas.
Alguien me dice que no son curas, que son misioneros. Siento no conocer el escalafón de esa gente. Sé y lo aseguro, que el Papa es quien manda más y mira por donde, algo también tiene que callar
Para mi, la razón es demasiado simple, lo malo es que no soy obispo para ponerme en mis trece o catorce, que tanto le va.
Por encima de los pensamiento de tal o de cual, está el Patrimonio de unas gentes, del pueblo, del Estado. Al patrimonio, hay que salvarguarlo siempre, porque no tiene propietario, porque pertenece a las gentes que ya no están y a los que lo continúan día a día mimando. Que es de todos y no de unos curas cuyas ideas serán buenas en otros lugares, no en Galicia que aún tenemos meigas, trasnos, y la Santa Compaña por los caminos.
Que se calmen esos buenos señores, que se mezclen con las gentes, en sus casas que las tienen abiertas, en el bar, caminando por el monte; que aprendan su cultura y luego que obren.
Llegar gritando para provocar una estampida, en nuestra Galicia, no se lleva. Sépanlo. Preocúpense más por rezar y pedir al mundo perdón, por la comisión de tantos y tantos horrores cometidos a niños en otros "paraísos" americanos, y acuérdense, que el actual mandatario, conocía aquellos "movimientos" porque estaba allí y permaneció en la sombra, callado. Abusaron de muchos, muchos niños.
Que dejen en paz nuestras iglesias. Al menos, que no intenten mejorar lo que lleva siglos de románico, gótico, barroco o modernista que las iglesias tienen. Las hizo el hombre, con su sudor, con el hambre de su familia. Las adornan las mujres. No lo olviden.

BOFETADAS