sábado, 3 de enero de 2009

LOS PERIÓDICOS QUE NO LEÍAMOS.






Para aquel grupo de compañeros de clase, amigos que tan bien nos llevábamos, bañarnos a diario en La Malata todo el invierno, era algo natural, ducharnos luego con el agua helada en el interior del túnel del ferrocarril, también; caminar por los montes desde el de Chamorro a la Cota 24, lo hacíamos bastantes días y, no salíamos en los periódicos. Si aparecíamos cuando sin contemplaciones corríamos tras una pelota sorteando a la gente que pasaba por los Cantones, o por donde le cuadrara.
Hoy a la mínima, todo es noticia, todo vale. Si no las hay, rellenan con cualquier invento o bien, si la hay y la persona implicada es influyente, hay que callarlo o al menos darle el beneficio de la duda para siempre. Menos mal que sí sale a la luz, la cantidad tan grande de mujeres que fallecen a manos de los "hombres valientes", de camisa abierta y colilla en la comisura de los labios, todo el día al sol, apoyados en una pared mirando como pasa el personal. Malditos. Contra el cabreo personal, pasear por la playa te despeja, tirarse a un pozo te despeja más. Se ceban con sus mujeres o con otras, que llevan años en silencio, aguantando sus pobres mentes. El año pasado se fueron un montón de ellas, esperemos que se calmen o los denuncien a la mínima, aunque sea, cuando intenten respirar porque han cogido un catarro.
Noticias también, eran los casamientos con pelos y señales, que finalizaban, después del velo tul ilusión, con un "los novios, salieron a recorrer diversas capitales de España y del extranjero". Al siguiente día, paseaban de la mano por la calle Real de mi Ferrol.
Me dio a medias clase de francés un periodista, Gonzalo Meirás alias "Chalín". - "A ver, mi tocayo, salga al encerado y lea". Leía lo señalado y al finalizar no me ponía nota como a los demás. Se levantaba, me abrazaba y decía en voz baja : - ¡Qué grandes somos!-.
En clase, dirigidos por Victor - hace tiempo que ignoro su paradero -, hacíamos un periódico con noticias que habían sucedido, en plan jocoso: Resolución 612/55 por la que se anulan los exámenes de bachiller. Luego, el de turno, con pelos y señales articulaba punto por punto dicha resolución, para alegría de los que se sentaban en las últimas mesas y cabreo de los que lo hacían delante, cerca del profesor.
Doña Lola..., ¿ me regala el loro ? y la buena señora me lo negaba con una sonrisa. Doña Lola tenía una edad indefinida, muy enjuta que me apreciaba un montón, tanto es así, que matriculado en francés, me pasaba la mitad del tiempo en su clase de inglés, para estar cerca de mis buenos colegas; de ahí que Chalín me daba a medias su clase.
En cierta ocasión, leímos en un periódico, que un jóven había sido sorprendido copiando, empleando un método novedoso; por medio de un transceptor, es decir, un colega desde la calle la iba cantando las preguntas y él, con un pinganillo en la oreja, escuchaba y escribía sin descanso para orgullos de sus profesores. Fue descubierto por la policía que recogía aquella señal en sus aparatos, ya que estaban ambos en la misma frecuencia. Mira que anduvimos buscando en donde vendían ese dichoso aparato.
Es verdad que no se leían los periódico, a no ser la cartelera de los cines que también leíamos a la entrada de la iglesia del Carmen: Para todos los públicos; para mayores de 16 años y gravemente peligrosa o algo así. ¡Cuánto me tardó cumplir los 16 años!, ¡cuánto!....
Hace unos días me encontré con uno de aquellos compañeros, Chimba. Nada más verme, de carretilla y sin que se lo preguntara, me cantó la alineación completa del equipo de fútbol ruso mientras caminábamos, llevaba prisa. Me prometió que la próxima vez que nos viéramos, me radiaría uno de aquellos famosos partidos de futbol con los que nos entretenía -lo hace muy bien -, durante nuestras horas de novillos en un portal, por el campo de la estación de trenes, por Baterías, en cualquier monte de Serántes o la Graña o en nuestro lugar preferido, La Malata.
Más tarde y sin quererlo, para nuestra desgracia, nos hicimos mayores.

BOFETADAS