viernes, 23 de enero de 2009

PIDO LIBERTAD PARA HACER Y PENSAR.






Ignoro o quiero ignorar el por qué la foto de la mujer Soraya Saenz sigue dando que hablar. Se la hicieron vestida como si se la hacen desnuda y de ese modo la sacaron a la luz, para alegría de unos y críticas de los otros que la bajaron a los infiernos y continúan pisándole la cabeza para que se hunda más.
No comulgo con ella en lo que se refiere a sus ideas políticas, pero me saca de quicio tanto papanatismo hacia una mujer que tiene todo el derecho del mundo a mostrar su cuerpo como le venga en gana. Como hacemos los demás o es que acaso los catedráticos no se pueden poner en bañador en verano.
Muestro con ella unas fotos de Bodyart fantásticas, que no alteran la sangre a nadie, a menos que su cabeza esté enferma.
Soraya, un día cualquiera, vistió un traje de noche, adoptó la postura que el fotógrafo le señalaba, la cámara la miró con muy buen ojo, la quiso, le hizo una foto muy hermosa; no digo una mujer muy hermosa que lo es, digo una gran foto que firmaría cualquiera, ¿ o no?.
Me duele que sean mujeres las que más alzan la voz. Los hombres puede que lo hagan porque conocemos nuestros pecados, pero que la critique una mujer o muchas mujeres con la bandera del feminismo en alto..., tanto exigir derechos y cuando los están consiguiendo, se burlan de una mujer que al fin y al cabo, está completamente vestida. ¿Qué hay un cierto morbo en la diapositiva?; si, para los enfermos y enfermas.
No se critican imágenes que las cadenas de televisión emiten en horario infantil, ni sus comentarios y palabras mal sonantes aunque al momento pidan perdón, y es que los niños ya van de vuelta, el que más y el que menos duerme con un Penthouse debajo de la almohada; lo sé porque fui niño. La foto de la tal Soraya, ni al más recalcitrante anacoreta, le llamaría la atención; pero claro, es cosa de la política que dicen algunos, es que esa chica es muy inteligente, los más.
Por lo regular un fotógrafo, al lado de la modelo, suele colocar un jarrón con flores, un pavo real, la foto de un matador de toros, por ejemplo; para, si tan malo es el/la modelo, al menos se fijen en los otros objetos, la foto gane algo y los que miran -por no llamar mirones- no queden de vacío. Pero aquí, en la foto, no son necesarios; una mesa antigua para televisor en blanco y negro, unas cortinas lisas y para de contar; ese y no otro es el valor de la imagen, que te obliga a mirar la modelo, modelo que está de lujo, es decir, que si lugar lo ocupara otra mujer con la misma pose, tendría la misma validez a no ser, claro está, la Carla Bruni musa de mis sentidos. Pero eso es otro cantar.
No recuerdo si fueron criticadas las imágenes de unas ministras en el Vogue, seguramente que si, no lo sé ni me importa, hacen bien, pero que muy bien aparecer donde les venga en gana y como quieran, vestidas, desnudas, mitad y mitad, son libertades que hemos ganado, que hay que conservar y la mujer que aún siguen criticando a día de hoy, tiene el mismo derecho.
Hace muchos años, cuando veía en las revistas de Arte fotográfico, aquellas fotos de Escusa, Fontcuberta, Armengol, Rivas en las que en una gran habitación, una muchacha desnuda a contraluz miraba hacia fuera por la única ventana o la serie en los pianos también a contraluz, todo en blanco y negro, me llevaban la vida y la envidia de que tuvieran esas modelos, esos fantásticos escenarios, mientras que en Ferrol, nos dedicábamos al paisaje o a participar del Neoclasicismo italiano: el castañero, la vendedora de flores, gitanos haciendo cestas y poco más. Por ello, al ver hace unos días la foto de esa mujer, mi mente retrocedió muchos años, y me vi en el oscuro y aburrido laboratorio, sacando a la luz un mísero banquillo con dos palomas enamorándose, pensando si algún día, conseguiría trabajar con una modelo. Pasaron años y al fin, las pude dibujar.
Para terminar, me gustaría que todos y todas, la dejaran en paz. Está vestida, como si estuviera desnuda, déjenla en paz de una santa vez a no ser que sea por envidia, entonces, si es por eso, callo y perdono.
De puntillas me alejo, para no remover y las aguas, vuelvan pronto con las gentes a su cauce.
Hay tanto y tanto que ver a nuestro alrededor....

BOFETADAS