martes, 30 de octubre de 2007

MIS DOS ALDEAS.






Hay dos lugares cercanos a la ciudad de Tuy, Paramios y Baldranes, para los que quiero tener un recuerdo. Ya veis, en los viejos, todos son recuerdos.
Me llevaron allí con unos siete años, porque mi peso era menor que el de una gallina y en esas aldeas, permenecí unos dos años.
Fueron meses muy felices, tan felices, que recuerdo todos los momentos como si hubiese sido ayer. Los colegios, las vendimias, el tiempo de castañas bajo aquel árbol enorme, el Miño que pasaba al lado de casa y en el que daba pan a las truchas que confiadas acudían a mi mano a comerlo.
Recuerdo a la pareja de la Guardia Civil descansando en la casa de sus caminatas vigilando el contrabando, al pollo que di de comer para que no muriese y que me seguía a todas partes por casa y por la calle como si fuese un perro, al portugués que en el alambique hacía el aguardiente durante la noche y yo, le escuchaba embobado sus aventuras de cárcel, mientras no paraba de llevarse el vasito del brebaje a la boca, al maestro que le faltaba una pierna y que me hizo cojear durante una buena temporada ya en Ferrol, mientras la gente se apiadaba de mi: Tan pequeño y ya cojo.... decían.
Recuerdo con gran cariño, a las gentes que me acogieron, sobre todo a Luz, que ya está en el cielo.
Por eso, la felicidad, existe. Sólo hay que tener suerte y encontrarla. Quizás la delgadez de la persona, sea un paso adelante. Deseo que así sea.

BOFETADAS