miércoles, 10 de octubre de 2007

GALICIA MEIGA





Cuando en esas mañanas de noviembre, la niebla pone el telón, su visillo, ante nuestros ojos, la vida toma otro rumbo. Fantasmas que en silencio se acercan, los cruzas, un " buenos días " y un "nos de dios" y luego, al mirar hacia atrás, ves como se alejan y se pierden en el recodo del camino cual Santa Compaña, en silencio, en un silencio que te llega al alma.
Si la niebla la disfrutas en el campo....cómo cambian las cosas. De repente, todo se vuelve gris-azulado con miles de matices. Los árboles, o son enormes soldados cabezones en fila, o gigantes con una delgadez extrema en lo alto. Siempre o casi siempre, en esa estampa hay un riachuelo de plata y muchas, muchas telas de araña cubiertas de perlas de rocío. ¡Qué hermoso está todo!.
A ese fondo, unicamente le falta un caminante ,vestido con un chaquetón rojo o amarillo, para participar como contraste.
Si teneis ocasión de hacer esta fotografía, hacerla y vereis como la niebla en vez de ocultar, siempre asoma y deja ver su cara más amable.

BOFETADAS