viernes, 26 de junio de 2009

UN SUEÑO, UNOS RECUERDOS.





Desperté sobresaltado, empapado en sudor. En el aire, aún quedaban las leves imágenes de unos muchachos que conocí en Madrid, buenos entre los mejores, rebosando alegría y vida a raudales. Eran mis amigos aunque algunos, los más acémilas les llamaban maricones y los demás, los otros que les tratábamos les llamásemos Jacinto, Daniel, Romero; porque previamente les pedí que así lo hicieran.
Creo que de alguno ya he hablado en este lugar. Han pasado muchos años, a veces hasta creo que infinitos pero siguen perdurando en mi, hermosos recuerdos de ellos, de su buen hacer, de su aguante que era mucho, personas inteligentes con la sonrisa perenne en la boca y a los que alguien se dio en llamar "despojos de la humanidad" y por ello les perseguían, como persiguieron en su día a los gitanos, cartageneros y a la gente de mal vivir.
Ya en Ferrol, tuve que acudir a la antigua prisión de Caranza, a fin de tramitar unas diligencias, que se decía. Mi corazón se rompió al verlos asidos a los barrotes que formaban la puerta de entrada que llamaban "rastrillo", mientras me miraban. Pedí me abrieran aquella frontera y allí los abracé mientras lloraban. En aquel espacio, ocupado ahora por gentes que le decían de "la peor calaña", se hizo un silencio de respeto que agradecí mirándolos a todos y haciendo el signo de aprobación.
En la prisión provincial de Vïgo, un buen grupo de presos me aplaudieron cuando abandonaba aquel lugar, después de decirles unas palabras que no tengo ganas de repetir y menos recordar. En las cárceles, lo aseguro, hay humanidad a lotes. No pensar en las de las películas americanas.
Vayamos a lo que íbamos. No era raro encontrar a bordo de cualquier buque de la Armada, un mariquita. No me pesa escribirlo de esa manera en este blog porque con ese nombre va mi gran respeto y no me cuadra, escribir homoxesual, maricón, pervertido. afeminado, pescado... que pienso degradan al individuo. Mariquita, aquí lo escribo y una vez terminado el relato, vuelvo a llamarles por su nombre de pila. No era raro digo, encontrar a uno de ellos, formando parte de la dotación de algún barco. El mariquita a bordo, ejercía voluntariamente las funciones de lavandero o sastre porque de ese modo, al llegar la noche, quedaba a dormir en su destino y no se mezclaban con el resto que, a buen seguro los respetaban; y allí pacientes y en tranquilidad, esperaban la amanecida.
En Cádiz, el Arsenal de La Carraca era su verdadero territorio ya que, al tener que hacer de forma forzosa la mili, en algún lugar tenían que estar y en ese sitio, convivían con el resto sin problemas. Lo que se procuraba era que a bordo de los barcos no hubiese más de uno a fin de que una mínima tentación, que todos tenemos en ocasiones, pudiera llevarles a la posterior aplicación de un maldito articulo de aquel ladrillo llamado Código de Justicia Militar - del que jamás en mi trabajo hice caso -, y pudiera hacerles la puñeta con cualquiera de sus contenidos, del todo alegales e inhumanos.
Los otros ejércitos, me da que eran un poco más serios con ellos. Marina siempre ha sido más permisiva, más humana porque aunque no se quiera en un buque, doscientas personas conviviendo día a día, hablando continuamente, cruzándose por los estrechos pasillos, comiendo juntos e incluso si cuadra, contándose las penas o llorándolas si hacía falta, casi siempre a causa de la novia, formaba parte del día a día. Luego, con tal de que el barco funcionase al cien por cien, y los puestos en los ejercicios se ocupasen de forma rápida, era más que suficiente para que la gran familia no despreciase a nadie por nacionalidad, color o por comportamientos "anómalos" para la otra mayoría. Es más, el mariquita era la persona que al piropo de su comandante diciéndole !! guapa !!; podía responderle sin el menor reparo: -¡hijo de la gran puta, y que feo eres!, acompañado de una sonrisa y me estoy acordando de "La Loba" de la dotación de un destructor en Mallorca.
Pero esta mañana desperté asustado como si algo grave hubiera sucedido, tanto como para dejarme el cuerpo intranquilo, raro, perdido entre paredes.
Me levanté y al poco encendí el portátil por si había algún correo, calenté un poco de café -es el único trabajo que suelo aportar a la casa durante todo el día y ahí queda dicho para las feministas -; la pantalla comenzó a mostrar los iconos; ¿por qué las feministas son tan terriblemente feas?; tomé el ratón, - y cómo nos odian - me fui a las noticias tempranas,- es que no hay alguna guapa-; un sorbo de café que soplé con fuerza al exterior, no porque estuviese caliente; ante mi, la noticia de "Michael Jackson ha muerto"....
¿Qué relación pudo tener tal suceso con mi terrible sueño?, ¿por qué imaginé a otras personas?... ¿ Tendré algo de brujo, de esos que más tarde van a la tele ?. No lo pienso así. Ha muerto creo, un depredador de niños que el dinero absolvió de un grave castigo y ahora, a cambio de un dineral espero y deseo que lo beatifiquen.
Me he fijado en muchas ocasiones en los rostros de algunos santos lampiños ellos, que sitúan en las capillas de las iglesias, el Bautista, san Estéban, san Telesforo de Antisoloquia.... y más, que tienen unos rostros que les pierden, unas facciones que desbordan pluma. Sus creadores, los han querido poner tan guapos, que se han pasado. A ver como colocan al negro descolorido que tantos seguidores tiene.
Los que si son hermosos, son los ángeles porque carece de sexo y se lo pueden permitir.
Y mis mariquitas, que teniéndolo, son capaces de llorar ante una flor que las bombas acaban de quitarle la vida, ante un niño que juega con una pelota de trapo con sólo una pierna o recoge metralla en un campo de minas para vender y ayudar a su familia y como no, ante el llanto de un recién que pide teta en medio de la ardiente tarde, mientras la madre se toca unos pechos secos, muertos.
Se va acercando la noche, luego vendrá el día y la rueda de este puñetero mundo que continuará girando para engorde de unos y desgracia de muchos.
Que sí. Desde lo alto, nos siguen probando.

BOFETADAS