sábado, 22 de septiembre de 2007

VALDOVIÑO






Si un día teneis los biorritmos bajos, acercaros a Valdoviño y, si está la marea baja, recorrer el arenal, al lado de su mar.
El aire salado, lo purifica todo; el viento que empuja las olas despeja y la lejanía, de un ocre-siena agrisado por la neblina, llena el alma de materia nueva. Todo es hermoso.
Es una playa en la que la luz, el aire y el espacio, llenan todo el lienzo, mientras la espuma de un blanco purísimo, cabalga sobre las olas. Es una playa gallega y meiga que todo lo cura. Probar si no.

BOFETADAS