En éste blog, en el que casi todos los días escribo, encuentro algo muy importante que me abre las puertas para hacerlo, la libertad. Escribo en libertad y lo hago sin pensar en qué gente puede o no, leer lo que escribo. Para mi es un desahogo y a veces, lo necesito.
Hoy traigo un trozo de mundo. Un trozo que nos queda cerca y a la vez lo vemos muy lejos porque no nos gusta mirarlo, sobre todo, a los que tienen el poder. Nosotros, tenemos algo más importante, la libertad de pedir que todo eso cese y la palabra de decirlo, cientos de palabras, miles de palabras, un mundo de palabras.
Esas fotos que me han enviado, son unicamente una pequeña ventana un mundo de horror. Un mundo de locos con conciencia de lo que hacen. El loco de verdad, pobrecito, una inyección y doce pastillas para que se quede quieto todo el día en una esquina y deje de dar la lata. Qué se ha orinado por encima.... Ya secará.
Ayer contaba que vi a medias un documental, porque los abusos, los golpes, la degradación de las personas en que participaban otros semejantes, era brutal, sangre, mucha sangre de inocentes. Dicen que en la guerra no hay culpables, ¡ vaya si los hay!, los que empuñan las armas contra gente desarmada.
" Que el mundo fué y será una porquería, ya lo se .....", "..que falta de respeto, de atropello a la razón, cualquiera es un señor, cualquiera es un ladrón....", que dice el tango.
Ayer,me enviaron un correo solicitando mi firma, para la protección de los animales. Una foto de una cesta con gatitos. Lo firmo sin rechistar, porque amo a los animales y me gusta la idea. Me gustaría ver en la red, pidiendo firmas también para salvar a los niños, mujeres y hombres que sufren día a día a manos de unos.... - ponerles el nombre que querais, os quedareis cortos -. Lugares en donde las personas dejan de serlo, convirtiéndose en los mayores animales sanguinarios.
Recuerdo que siendo niño, siempre preguntaba a los profesores de religión, por qué dios, tan sabio, que conocía lo que iba a suceder, permitía esas guerras tan horribles. Sus respuestas, las respuestas que siempre me dieron fueron la de que dios nos ponía a prueba. ¿ A prueba de qué ?, qué ya van unos miles de años de sufrimientos, ¿ aún no lo tiene claro ?.
El sonido de un machete abriendo surcos en la carne, para algunos debe ser muy hermoso, una sinfonía de orquesta; sobre todo cuando cortan vidas humanas.
Cuando los niños entran a formar parte de ese circo.
Cuando a lo lejos, las mujeres en cuclillas, lo ven todo.