lunes, 31 de marzo de 2008

TE RECORDAMOS, PEPE LEYRA






Hace unos días en clase, hablábamos y recordábamos a antiguos profesores. Me vinieron a la memoria doña Cármen Fontenla a la que todos los días tenía que entregar un ejercicio de redacción, que lo guardaba con cariño y que me alentaba para que siguiera la senda de la "pluma", más al pensar que había que escribir tantos folios para hacer una novela.... soy muy vago. Pensé en Ángeles, profesora de ciencias Naturales en 2º que me abrazaba fuertemente y que me invitó a su boda. Recordé a unos cuantos de buenos profesores /as, pero el que tuvimos todos in mente, fué como no, a don José Leyra Dominguez.
Un día en que una pandilla de niños, esperábamos sentados en el aula del laboratorio la llegada de un nuevo profesor, apareció él, elegante como siempre, grande para nosotros, que nos estuvo mirando un buen rato mientras nosotros adivinábamos por dónde respiraba De sopetón, con una voz cavernosa dijo: ¡Parecen bobos, coño!.
Hay aquel ¡coño! dicho por un profesor. Nosotros lo decíamos continuamente, pero en boca de un profesor.....De ahí en adelante nos acostumbramos a su vocabulario de tertulia. Poco a poco nos fué conociendo y abriendo su corazón y su cerebro lleno de sabiduría; Napoleón- decía- la tenía muy pequeñita. Caras de asombro por tal descubrimiento.. ¿Quién apuesta algo?. Uno decía que una peseta; pues... proseguía, vaya usted a mi casa, le abrirá mi hijo, vaya a la biblioteca, en el estante cuatro, el libro de la colección Austral que hace el número ciento veintiseis comenzando a contar por la izquierda, en su página sesenta y ocho, ahí se puede leer, lo que ocurre es que está escrito en latín y a usted, lo veo jodido para traducirlo, pero mi hijo lo hará. Y, perdía la peseta, porque era cierto; entonces reía con aquella risa grave que le salía de lo más hondo del estómago, a saltos.
Era así, nos enseñaba historia, pero no le importaba recitar todos las islas del Japón durante la hora de enseñanza, si se lo pedíamos. Nuestra clase, era un contínuo exámen que le hacíamos y que respondía a todo al instante, haciendo más agradable nuestros estudios. Era, en verdad, un hombre sabio.
Se compró una Vespa y orgulloso me dijo: Ayer le vi en Canido, ¿ se fijó que solté una mano de la moto para saludarlo ?... pocos días más tarde llegó a clase peor que un Nazareno; se había caído y no había muerto de milagro. Jamás cogió una moto y no se si ultimamente un vehículo a motor.
Sólo lo he visto enfadado un día, en que un compañero aplastó en el aula bombas fétidas. El olor era insoportable y cuando el buen profesor descubrió al culplable, unicamente le dijo: usted, es merecedor de estar sumergido en un Himalaya de mierda....Pedazo de c.
Pepe Leira para los amigos, abogado, Académico, profesor mercantil, enseñante, escritor, pintor, etc., se que continuará vivo en la memoria de todos aquellos que tuvimos la suerte de conocerle. ¡ No me hagan esa faena otra vez...!. Si no piensan venir a clase, me lo dicen que yo tampoco vengo...
Pepe Leira, compañero, amigo, padre al que hemos querido y tenido por nuestro verdadero MAESTRO, siempre permanecerás vivo entre nosotros.

domingo, 30 de marzo de 2008

HACE FRÍO EN GALICIA






Definitivamente lo afirmo, tengo el alma y la forma de pensar gallegas. De mi cuerpo no puedo decir lo mismo, mi cuerpo es mediterráneo, del sol y de la luz, sobre todo del sol. Siempre, a todas horas tengo frío. Cuando muera, taparme bien, abrigarme bien por si en el cementerio me toca un lugar húmedo. Pienso que el motivo debe ser, que con los años la piel, la epidermis se va haciendo más delgada y es lo que permite que la temperatura exterior me haga la puñeta. Quizás, ande un tanto desabrigado, el caso es, que siempre tengo frío.
Tengo amigos de los de verdad, que en su juventud se han ido para Cádiz y ya no han regresado, bueno uno si, viene apenas un mes en el verano y a mediados de agosto regresa al sur. El otro, es que ni aparece.
No se si ya lo conté, pero siempre, siempre tenía frío el condenado. Cuando en verano salíamos, con apenas veinte años, bajo la ropa exterior, llevaba un pijama y dos o tres pares de calcetines. Me dejó perplejo en cierta ocasión en que le ví al mando de un montón de carros de combate, allá en lo alto, arremangado y tieso como las cuerdas de la guitarra. Pero bueno, sucedió en Cádiz y al sol. Todo hay que decirlo.
Echo la vista atrás y recuerdo aquel grupo que formábamos un equipo de futbol, y que tanto en el verano como en el invierno, nos bañábamos después de jugar y embarrarnos en Baterías... en la playa cercana; y que no digan que el agua del mar en el invierno está más caliente que en el verano. De ser así, las playas del Mediterráneo estarían a tope, que se dice.
El frío que penetra por cualquier punto cardinal de mi Galicia, es como cuando nos dan una mala noticia y dices: ¡Me dejas helado!. Según como fuese la noticia,
se debería de decir: Me dejas helado en 1er grado, en 2º grado, en 3er grado.... y así; como también el servicio metereológico, debería nombrar los fríos: "Frío aprendiz"; "frío sin guantes"; "con guantes"; "con gabardina" y "con abrigo"; de ese modo sabrías a que atenerte antes de salir a la calle.
Se que salgo temprano a caminar y lo hago desabrigado porque más tarde, al salir el sol que calienta, me compensa y me nivela el interior con el exterior, pero mientras no asoma tras los montes, se pasa mal.
Pero también recuerdo y nunca olvidaré, noches de frío pasadas en Cádiz; noches en la playa de la Victoria. Si, ya se que sarna con gusto no pica... pero es que en aquellos tiempos, no teníamos el correo electrónico para comunicarnos desde casa. Gran invento el correo virtual... cuando funciona.....

sábado, 29 de marzo de 2008

LLEGA LA VIDA






Cuando agonizan los graves colores del invierno, cuando la naturaleza despierta, me llega la Vida. ¡Cómo la necesitaba!.
Me he asomado al día, el sol amaneciendo, inundandolo todo de color, de miles de colores y el día despertando a la vida que nos trae la primavera. Hay otro olor en el ambiente y a los viejos del asilo les ha cambiado la cara, tienen más ánimos, tenemos más ánimos los viejos en que al fin, dejaremos de ver páginas y páginas de los periódicos llenos de esquelas, de sufrimientos y de fríos en los rostros de las gentes.
He buceado entre las ramas de un arbusto sin hojas y, milagro de la vida, entre las ramas, brotes y brotes que van saliendo al mundo; es muy hermoso contemplar el nacimiento de la vida más no me pidais que presencie un parto.... no sirvo para nada.
En lo alto una pareja de rulas, esas palomas diminutas que todo el año permanecen unidas y que continuamente se rozan los picos, como si se besasen y no muy lejos, un grupo de gorriones machos, que a la fuerza se quieren imponer o pretenden demostrar a la hembra cual de ellos es más fuerte. Pronto la naturaleza será una explosión de amor.
Por senderos entre los prados que cruzo, hay un olor sublime que lo inunda todo, como cuando cortan la hierba y es que un hombre, tras un recodo del camino, con una guadaña, a golpes certeros la va cortandola en montoncitos. De vez en cuando se para y con una piedra que lleva en el bolsillo, afila la hoja para luego, continuar con los mismos movimientos.
La primavera nos abre las puertas; es la Vida que tanto añoro.


martes, 18 de marzo de 2008

Y LA LLUVIA QUE NO CESA.






Ambos caminan por los senderos del parque. Está a punto de entrar la primavera y los árboles y plantas se preparan para un nuevo ciclo de su vida. A lo lejos, las campanas de la catedral, suenan a lluvia. Una bandada de palomas cruza el cielo asustada y busca refugio en un tejado. Huele a limpio y no al humo que desprenden los tubos de escape de los autobuses. Ella escucha en silencio, sin intervenir en la conversación, como para no molestar y romper el hechizo de las palabras que él le dice. Son muy jóvenes y forman por tanto, aunque no lo piensen, parte de esa primavera.
Llega la hora de despedirse y él le dice que no se olvide, que irá por la derecha. Ella le repite por enésima vez que estará en la plaza de Armas. Un beso como un suspiro y un adios, hasta la tarde.
Bajo un gran manto de nubes grises, plomizas, la catedral y a sus pies, cientos de cofrades que buscan su espacio dentro de cofradía. A él en un principio, un penitente que lleva una cruz metalizada, lo ha colocado a la izquierda en el sentido de la marcha, le ha dado un vuelco el corazón más, al instante y sin que le viesen, ha conseguido cambiarse a la derecha, ha echado mano a una lámpara que va cogida por una cuerda y un cable y de ahí, no hay quien le quite.
La espera le aburre, a través de los dos únicos agujeros que quedan casi a la altura de sus ojos, lo puede ver todo. Ve personas conocidas, piensa levantar la mano para saludarlas, pero ello es perder el tiempo porque en medio del grupo en que se encuentra, todos son iguales.
De repente, sin previo aviso, las campanas de la catedral suenan, todas las campanas en conjunto y al unísono; es un ruído terrible pero al mismo tiempo es como si le empujara el alma que tenía apagada. Poco a poco, todos los cofrades, a tirones, se ponen en marcha. Las cuerdas y cables se tensan, ceden, se vuelven a tensar mientras no se coge la distancia e inician los timbales y aquel enorme bombo, su cadencia repetitiva de notas distorsionadas.
La procesión camina, niños en las aceras que extienen la mano, niñas que piden un recordatorio. Él que se siente como un fantasma que todo lo puede ver sin que le vean; a las veces se cree infalible y camina, camina: -¡ qué grande me han dado el capirote!, se me va para todos los lados- .... A su altura los bombos y timbales; hace un instante que acaba de comenzar la procesión, y ya lleva los oídos destrozados. Camina, camina .... ya se está acercando a la plaza de Armas. La procesión se para por enésima vez y él, sin tener nada en mente, se fija en un charco en el que caen unas gotas menudas de lluvia: -Lo que faltaba-, pero bueno ya está cerca de ella. Va llegando a su altura, en la mano tiene la bolsa de celofán, en la que ha metido una estampa firmada y unos caramelos, de los más caros; unos pasos más y.... con ella un jóven, ambos ríen y ríen, el desconocido le ha echado el brazo sobre el hombro, la bolsa de celofán se desliza al fondo del bolsillo, el alma se le desliza a los piés y con ella el corazón.
La lluvia cae con fuerza, diluvia. Los procesionarios han abandonado las filas para resguardarse, los que llevan el trono, caminan en solitario y delante el cofrade mayor, nervioso, que pide ayuda sin que nadie le responda.
Ante ella, unicamente ha quedado un cofrade empapado. El hábito pegado al cuerpo, el agua que le resbala por el pecho más no la siente, unicamente el dolor que le oprime.
Del bolsillo toma la bolsa de celofán, se la entrega. Ella le sonríe mientras le dice:-Se la daré a mi hermano para que me la guarde. Yo, no tengo bolsillos....-
Los tronos se han retirado, los penitentes se abrigan bajo los balcones o en donde pueden. En el centro de la calle, rodeado de paraguas y de miradas, un cofrade, con el capud bajo el brazo, chapotea y chapotea en todos los charcos que encuentra. Ante los ojos atónitos de las beatas, gira y gira con los brazos extendidos, la cara a la lluvia y la boca abierta recibiendo la bendición del agua.
¡Qué hermosa es la Vida!, cuando todo se aclara.
Y la lluvia que no cesa.

domingo, 16 de marzo de 2008

FIESTA DE SEMANA SANTA






Semana Santa. Los de las vacaciones y playa se han ido a otros lugares. Qué poca conciencia dirán las que siempre dicen y los que les asienten. De buena gana me iría pero tengo trabajo que me han puesto en clase y hay que cumplir.
Semana Santa. Traje limpio, caramelos en los bolsillos y zapatos de nuevo embarrados por haber estado dando patadas a una lata de tomate; lo que comenzó con una simple patada a la lata, terminó como un verdadero partido de futbol hasta que alguien cabreado o queriendo hacer una gracia, la chafó con el pié.
Caminan hacia el centro de la Ciudad, alterados, cada uno quiere contar su asunto pero alguien no le deja porque tiene uno mucho mejor. Alguien narra la carrera que se tuvieron que dar al ir a robar la fruta al Raposeiro y el dueño que les vió, parece ser que nunca duerme, les hizo dar una buena carrera, Todo ríen, con fuerza, risa sincera, que sale del alma. ¡Chisssst!, ¡chisssssst! dice la beata poniendo un dedo en los labios, - que estamos en Semana Santa....- ¡Chiiiist!.
Todos callan porque hay educación y respeto, pero la juventud se lleva dentro y cuatro pasos más adelante se olvidan y vuelven con sus aventuras del día anterior.
Las calles, llenas de gente que van y vienen como una marea multicolor, se saludan, se paran en grupos molestando a los que quieren caminar, se tocan unas a otras el pelo para recolocárselo ylos hombres, serios ellos, cuentan en voz baja la pérdida del Rácing contra el Alavés.
Un grupo de jóvenes, charlan animadamente, sentados sobre el respaldo de uno de los banquillos del Cantón. El banquillo que está más cerca del Jofre. Escuchan los clarines y timbales a lo lejos, al rato más cerca y, sin que nadie les diga nada, sin ponerse de acuerdo tan siquiera, soplan y golpean unas cornetas y unos bombos imaginarios. La gente los mira con preocupación. Al poco, se han cansado de esa música de procesión e inician un mambo de Pérez Prado. Los que están de pié en el alvero, comienzan a bailar; primero sólos y luego en parejas, jóvenes que se han olvidado de lo que representa la Semana Santa y hacen del baile y la música su entretenimiento. Como los de las playas.
La gente que los ve los critica, el más osado, la más osada; deben de ser matrimonio, les llaman la atención pero ellos, a lo suyo que es festivo. A lo lejos dos guardias con cara de mala leche, seguramente estaban tomando un vino y les han aguado la fiesta que también tenían. Hay que salir por patas y así se hace.
Pero la fiesta, continúa en el Parque hasta altas horas de la madrugada, tan como rezaba en algunos folletos de las salas de fiesta.
No pasarían muchos años, bueno si, algunos; para que en las emisoras del Movimiento pusiesen incluso, mambos y roc-and-roll hora tras hora, en esos días tan señalados.
Lo que antes era pecado ahora no lo es.
Por cierto, han aparecido unos nuevos pecados en la religión católica. Uno de ellos es el de acumular riquezas..... habeis caído, habéis tirado piedras contra vuestro propio tejado.... ¿Qué vais hacer con el Vaticano?. ¿Qué ese es otro cantar?, ¿qué no cuenta....?..... ¿Y con vuestros ahorros y bancos?. Callemos.
La Semana Santa hoy en día, es sinónimo de fiesta. Si es cierto que hay un recogimiento, pero el menos. Los niños felices porque no tienen clase, los menos niños también, el otro que la aprovecha para seguir construyendo la bodega, los de más allá, tras estar con la panza al sol todo el día, verán pasar una procesión desde el chiringuito.
A los que la fé les puede, participarán en las procesiones y en silencio, en recogimiento que se dice mirarán a lo alto en donde una Piedad deja ver todo su explendor mientras en un piso cercano, una mujer se arranca con una saeta, en el preciso momento en que los atronadores timbales quedan parados, sonando, debajo de la casa.
Que no venga la lluvia es lo que se pide. La lluvia de Ferrol, menuda, finísima que te recorre todo el cuerpo. Pero que da Vida.

sábado, 15 de marzo de 2008

SEMANA SANTA






He destemplado los tambores, carezco de armas porque si no, tendrían que estar a la funerala y mi cara mira al suelo.
Tengo y debo de pedir mil perdones. Por el daño que pude hacer y por el que no hice, porque el pedir perdón te alivia el alma.
Esta semana, de vacaciones para los creyentes que se van a disfrutar al lado del mar y esta semana para los no creyentes que aunque parezcan mentira, es un tiempo que cada año se dedican a mirarse por dentro, hacen un exámen de conciencia - no pensando en ir al cielo, válgame dios - si no en todo lo que pudo hacer mal durante el año.
Como siempre, me sale nota alta de aprobado. Si me calificara otra persona creo que me subiría un poco más la nota. Si me calificara otra, hoy, mi nota andaría por los suelos.
Todo depende del cristal. Todo depende de la voluntad que tengas de hacer las cosas.
Hoy quiero mirar para mi interior, ver si hago el bien o el mal y es por eso, que con el permiso de todos, me quiero tomar unos días de vaciones aunque, al igual que los niños antiguamente, una profesora me ha mandado trabajos para casa.
Los viejos que se vuelven niños.
Los viejos, que no saben.
No se si os conté que hace años, muchos años, salí un par de días de capuchón, tal como le decimos en Ferrol. Era noche y nuestro grupo de amigos, cubierto de aburrimiento, acompañamos al cántico que llevabamos por lo bajini, con el golpeo de una cruz de madera que nos habían entregado. Pero la cosa se animó y las cruces resonaban como el tam-tam de los negros. El encargado que nos ve y escucha, que me levanta el trapo del capirote y me dice: - Chalo. estás castigado -
Al otro día, me vi en la procesión de la tarde, llevando un pequeño estandarte, caminando por el centro de la calzada y haciendo el número uno de la procesión.
A mala leche -no podía repartir estampitas- yendo por la calle Real, al llegar a las bocacalles, en vez de seguir recto, giraba noventa grados y tiraba para abajo, hacia la calle de la Iglesia. Detrás de mi todos los cofrades y allá aparecía el tío dando voces:- Recto, recto, recto, siempre recto-, pero en la bocacalle siguiente le hacía lo mismo y la misma cantinela:- Recto, te he dicho recto hasta que te avise -. Solución, que me cambiaron por otro, yo me fí a la fila a repartir cagadas de cabra envueltas en papel de celofán, piedras en papel de celofán y a entregar y recuperar un chorizo que llevaba atado con una goma. A mi madre se lo hice. Hechó pestes sobre aquel sinvergüenza que le había intendado dar un chorizo. Años después le dije la verdad, no se extrañó nada de que fuera yo.
¡Qué bellos recuerdos!. Niñas, niños, mayores mezclados, corriendo a coger buen sitio para ver las procesiones. Cofrades que compraban figuritas para entregar a sus enamoradas. Niñas leyendo y releyendo aquella firma ilegible detrás de la estampa y el bombo, aquel bombo que cuando se paraba la procesión te tocaba al lado.- Bom-bom-bom-bom-......
No quiero olvidarme de los días de lluvia. Cuánta lluvia, a mares y yo mirando como haca gota que caía formaba un globito que se elevaba una y otra vez, resguardado en los portales.
Así es la Vida. Así fué nuestra primera Vida.
La echo de menos. Conocería a más gente de la que conocía.
Volvería otra vez a ser yo.

viernes, 14 de marzo de 2008

LA VIDA QUE ES MARAVILLOSA






La veo caminar descalza sobre el pavimento, con el brazo extendido implorando limosna. De la mano, un niño pequeño de grandes ojos, delgado, muy delgado, la cara triste. Ambos visten ropas raídas, buenas en épocas pasadas.
Tiempo atrás, la mujer alternaba con lo mejor de la ciudad, invitada a todas fiestas porque su padre era poderoso. En una de ellas, el mismo diablo le inicia en el fácil arte de los sueños. Las primeras veces siente nauseas y llega un momento en que ya su cuerpo comienza a navegar entre azulejos de colores hermosos, ya no conoce el cansancio e ignora en donde tiene su cabeza; podría estar toda la vida subiendo montañas sin cansarse y esos colores que siempre la acompañan...¡ Qué hermosura!.
El tiempo sigue su curso, no es necesario que la inviten a las fiestas, ella conoce la forma de conseguir lo que tanta vida le da, lo que le calma los dolores y penas, lo que le hace volar sin tener alas; y es así, como poco a poco se va a cercando a las gentes que distribuyen lo que tanto ansía, poco a poco los va conociendo, la saludan y aún le llaman señorita.
Un día, una gripe le manteniene en el lecho, no tiene fuerzas para levantarse para encontrarse con su "diosa". Está intranquila, con calambres, nerviosa, las manos y piernas le tiemblan, grita en vez de hablar y sus padres, que aún no lo creen, han sido los últimos en enterarse. La solución que le ven muy fácil, ingresarla. Esa será su vida a partir de ahora, ingresar en un centro y escapar, ingresar y salir, ingresar .... la "diosa" llama y hay que acudir. En casa, la desesperación, sus padres tienen que esconder lo poco que les va quedando. Se le ve caminar con la mirada perdida en busca del fin o en busca de algo que le señale el camino.
Carla, que así se llama pasa la noche en cualquier rincón, encogida, temerosa de todo lo que le rodea; en su vientre un niño y sobre ella el frío que se le mete hasta sus pobres huesos con facilidad porque sus músculos han desaparecido. Piensa en su casa, volvería a su casa pero sus padres y hermanos la han abandonado.
La vida de Carla, ha degenerado tanto, que ahora, en los lugares de venta a donde acude, es motivo de mofa; los niños siempre tranquilos, ahora le tiran fruta podre mientras ella implora un poco de polvo blanco, que pagará mañana, más son muchas las mañanas en que se olvida de pagar.
Tiene un hijo, lo ama por encima de todo. Se prometió que al nacer, se haría una persona normal. Inocente mentira. Hoy implora limosna mientras la vida se le va
agotando poco a poco. Su rostro que debería estar lleno de juventud, ahora carece de dentadura, sus ojos grandes, hundidos, su sonrisa forzada y la mano extendida intentando alcanzar a su "diosa".
Siempre que la encuentro, que nos encontramos, le doy un poco de dinero, intenta sonreirme y un lagrimón se desliza por su rostro, le toco un hombro para que no se esfuerce, para que se tranquilice y le sonrío, una sonrisa cómplice en la que le imploro que lo deje todo. ¡ Qué fácil es decirlo !, lo sé.
Continúo mi marcha, yo no puedo hacer nada, quizás el que está, parece ser, en lo alto, la esté poniendo a prueba. A prueba, lleva infinitos años de sufrimiento; y el niño que comienza, otros infinitos años que le quedan.
Cuantas y cuantas Carlas, caminan por el sendero de la vida, con la mano extendida, no en busca de una limosna, si no, en busca de la vida, la vida que un mal diablo les ha quitado.
Perdona a tu pueblo señor, perdona a tu pueblo, perdónalo señor; se escucha en las puertas de los templos.

jueves, 13 de marzo de 2008

EL BAILE DE ELLAS.






Desde hace una buena temporada, ciertos días de todos los meses y años, mis hermosas ancianas se visten de gala, y aunque sea en verano, se abrigan con sus mejores pieles, zapatos, bolsos recién comprados; se pintan los labios usando el rojo de la misma manera que lo empleaban los "Fauves", salen de casa después de haberse tocado y retocado esos pelitos que siempre, maldita sea, caen sobre la frente. Huelen a polvos de arroz mezclados con colorete; huele a pintura de labios, huele sobre todo, a alcanfor matapolillas de la ropa, tal como el vendedor en el mercado, lo anunciaba.
Poco a poco, se van juntando todas ellas en las paradas del autobús número 9, que las lleva a la Residencia. Me dicen que hay baile y es entonces cuando lo comprendo todo.
¡Es que a mi Antolín, no le gustaba el baile!, sabe usted.... Mi Ricardito, ¡ni verlo! y la tercera por no quedar atrás, ¡ Es que lo pasamos tan bien....! mientras pone los ojos en blanco y los dirige al techo de autobús. Se miran, se remiran y se envidian lanzandose dardos. -Ese bolso es el mismo del año pasado, ¿verdad?; - Si, es que me da tan buen poner... - Y tu blusa... está algo descolorida....-
Escucho como hablan de sus amores, de sus desengaños, de si fulanito la invitó a un café con leche y mira, cuando estábamos en lo mejor de la conversación, ¿a qué no sabes quien vino de escopeta?. -Pues no lo sé-. - ¡La Amalia!, esa que siempre se mete en lo que nada le interesa y....¿a ti quien te gusta?. No es necesario que lo piense, de sopetón le dice: -Yo estoy por Pepe-. ¡Ay! chica, a mi no me gusta nada.... es muy sobón... -. - Por eso...... -
Y así, con esta cantinela, el autobús se va a cercando a su destino y mientras ocurre, ellas se van componiendo, comienzan a soñar con una tarde de amor, del amor que veían en aquellas películas cuando niñas, del amor que ahora necesitan ante la soledad de la vida.
Su llegada a la sala de baile, no pasa desapercibida. Igual que en nuestros tiempos. Los caballeros a ambos lados y ellas que cruzan una alfonbra roja, terriblemente roja; una alfombra virtual que las conduce a una mesa situada al fondo de la sala, porque los mejores puestos los han cogido las madrugadoras.
Hoy es con orquesta. Permanecen sentadas, modositas pensando y soñando con que se le acerque Alfredito, o Juan o don Luis del comercio mientras los músicos emiten sus notas con una seriedad digna de los mejores salones, porque saben que serán aplaudidos a cada pieza que toquen.
Rodrigo se le acerca, Rodrigo trabajó en un hostal de recepcionista y conoce las formas de la educación: -Mi estimada señora, tengo el placer de invitarla a usted, si es su deseo acompañarme, a una taza de café expresso o a lo que vulguiere-. -¡Ah!, la galantería... Mi Lisardo era igualito. Ambos se van; comenzarán hablando de sus nietos y terminarán con los amores que se han ido pero que quería, según ella dice ahora, "que siguiera viviendo feliz" fueron sus últimas palabras... ¿Y de que murió el suyo?... De la mala leche que tenía.
Las parejas giran y giran: - No de tantas vueltas, don Benito, que me mareo -. Don Benito es un marino retirado en posesión de dos condecoraciones. Don Benito las aburre, siempre les cuenta lo mismo, la cantidad de gente que salvó nadando, durante una guerra infernal en la que no hubo vencedores ni vencidos y todos se dieron la mano al final, con los muertos apilados en las cubiertas de los buques.
La noche continúa, pero.... siempre hay un pero. Cuando mejor lo estan pasando, al igual que la cenicienta, estan obligadas a regresar a sus casas, les esperan sus potingues y medicamentos que las sostienen con esas ganas de vivir, Sus hijos, los que las velan, a la espera de la herencia, deben de estar intranquilos.
Y así, dos o tres veces por semana, no lo se, giran y giran alrededor de la vida, mientras los músicos, en un bajo alquilado, ensayan nuevas creaciones que dicen, para tener contentas a sus admiradoras.
Muchas veces la Vida, nos da más de lo que merecemos.
Muchas, muchas veces. Lo sé.

miércoles, 12 de marzo de 2008

LA CALMA, TRAS EL TEMPORAL






Llevaba dos días encogido por el frío, encogido por las circustancias de la vida que de vez en cuando asoman y más en esta esquina del mapa, mapa que hay que mirar derecho porque si se hace vertical se nos manda para Andalucía y el clima, el dichoso clima no concuerda. Estamos en la puerta de entrada de todos los temporales, de las bonanzas y estos días, si que anduvo de juerga el mar. Los de Coruña lo saben y los del litoral también. La mar puñetera y hermosa al mismo tiempo, que tiene fuerza suficiente para romper, doblar todo aquello que se le pone por delante y si no, se lo pregunten a esas personas que zapateó mientras con una cámara querían domesticarla, observando sus idas y venidas sin acordarse o no saber, que siempre hay una ola traicionera en la que su espuma, cabalgando sobre otra espuma, y en las pleamares lo inundan todo.
Pero bueno, hoy al menos la vida ya es de otro color y salgo a caminar contento, como hacía tiempo que no caminaba. Incluso, casi llené los bolsillos de pan, para echar a los gorriones y mirlos que por estas fechas no encuentran nada y las pasan canutas. La vida que a las veces ayuda y lo hace cuando menos lo esperas, cuando te consideras roto, amanece y ves las cosas, las palabras, de un color hermoso, del color de la luz. Los pensamientos, los recuerdos que son muchos, también ayudan y de ellos, podemos estar hablando durante horas; lo que sucede, es que los viejos, unicamente dicen "tonterías" tal como quedó acuñado... Qué poco conocen a los viejos.
Me hubiera gustado al menos, tener un par de nietos para contarles y engañarles con mil aventuras, yo que se, por ejemplo que en tierras del Amazonas fuí rey de una tribu de "escabeches" y en los Polos, en los dos para que se los repartieran, tenía grandes manadas de ovejas y otra vez, con los cruzados a Jerusalen; es que los niños - dependiendo de la edad-, se lo creen todo y te insisten para que se lo vuelvas a contar una y otra vez, y ahí es en donde disfruto y me vengo de los conferenciantes que a lo largo del día van de lugar en lugar soltando verdades o engaños. Mi casa siempre estuvo llena de niños. Recuerdo a Jose, que continuamente venía a que le pintara unos bigotes de espadachín. Se los rotulaba con lápiz de pintar los ojos, la madre que armaba el cristo, el niño que volvía llorando a enseñarme que se los habían borrado; vuelta a pintárselos....una y mi veces. O María, que alzaba los brazos para que le echara desodorante cada cinco minutos y lo que le echaba era matamoscas. ¡Qué contenta iba con aquel olor!. Con otros, jugaba al futbol, todos contra mi; un montón de saltamontes contra un burro, me agarraban, me tiraban, reíamos porque estábamos en medio de la felicidad, hoy tan difícil de conseguir. Menos mal, que aún hoy, tengo un ángel que me la da, se que está conmigo.
Pero los nietos no llegan y mientras, mis batallas, las voy puliendo, mejorando, estudiándolas para el día en que aparezcan.
Hoy como decía, me he levantado feliz. Mientras caminaba mi acompañante era Pavarotti que me trae recuerdos y soñando, tomé sendas entre campos de flores blancas, hermosas, tal como ahora me gustan porque el blanco, puede ser perdón, inocencia, el alba que siempre me encuentra pateando y poniendo en orden mis esquemas, ya que durante la noche, cada uno se ha ido por donde le ha convenido; alguno, se ha ido a visitar las costas de mi Galicia, de nuestra tierra que me gustaría conocer palmo a palmo y recorrer sus ríos desde que nacen, hasta que se entregan al mar, hasta que llegan a la vida. ¡ Qué hermosa es la Vida!. ¡Qué hermosa!.

martes, 11 de marzo de 2008

BOTADURA




En medio de tanta lluvia, persistente, constante; en medio de tanto frío que entumecía los huesos desde el cráneo hasta los piés, un buque, de enormes dimensiones se deslizó sobre mi pecho. Se deslizó con una suavidad asombrosa, silenciosa. Yo bajo el buque y en lo alto obreros que habían trabajado en él, asomándose por los portillos, desde casi las nubes y sobre mi pecho el gran barco de acero gris.
Un baile elegante lo llevó al mar de Ferrol que le esperaba desde que le vió como lo construían: ¡ Tu serás mío!, - le decía, y ayer, entre las alegres sirenas de otros buques, se entrego a la mar o mejor, la mar se entregó a él, porque para los marinos es la mar y no, el mar. Es la mujer que a las veces y sin motivo, puede acabar con tu vida, con tus ilusiones. Puede ser traicionera, muy traicionera y no sopesa las consecuencias, no le importa el dolor de los demás porque es caprichosa y sabe humillar a los que más la aman. La mar, es impredecible y sus cambios de humor pueden acarrear graves consecuencias. Más, todos continuamos amándola porque creemos que nos pertenece. Terrible error. Ella es libre y debido a ello, es tan cambiante.
La maniobra del buque antes de entrar al agua fué perfecta y en lo alto de un palco, los Reyes y séquito saludaban a los que semi muertos de frío les aclamaban. Seguramente el batir de las palmas era para ahuyentar el frío, terrible frío de tarde lluviosa, como las tardes de mi Ciudad hace años, cuando era niño, que nos privaba de jugar al futbol y nos obligaba a recogernos en los portales e inventar la vida a nuestra manera, porque antes, sabed, que los portales no se cerraban, que las llaves de la casa se dejaban bajo el felpudo, que en otras muchas casas las puertas permanecían abiertas a fin de evitar el "levanta y abre" de la madre, a la prole que tenía.
Esperamos dos horas, para ver como en unos segundos, aquel buque inmenso llegaba y tocaba el agua gris de la ría. ¿Mereció la pena?. Hablo por mi y digo que no mereció la pena, no debí de ir ya que frío a las veces, si es muy intenso, te hace sufrir, al menos a mi que soy muy friolero. No, definitivamente, no debí de ir. Desde casa lo hubiera visto salir al mar, desde casa y apenándome de todos los que bajo el barco o en las inmediaciones de mi Barrio permanecían atentos a que dieran las 18,09 horas, para la pleamar, momento en que abandonaría su cama para comenzar a nadar, poco a poco, ayudado en principio y luego, dentro de unos meses ya sólo.
Pero la vida sigue, para muchos dolorosa, para otros, como una locura del día a día. Yo, hoy, desde mi ventana, la contemplo.
Yo hoy desde mi ventana siento que me lleva..

lunes, 10 de marzo de 2008

HOY TENEMOS BOTADURA


Noche de perros la que hemos tenido, noche de florete y espada en un callejón cualquiera, en donde uno de los contendientes quedaba malherido, sin médico que le asista y con sólo el consuelo de la lluvia cayéndole en la boca para aliviarle los dolores. Noche macabra para los que ahora juegan al anticristo en el cementerio. Noche. Mala noche con un viento azotándolo todo, abatiendo todo.
Más hoy, en elgunos momentos, estoy seguro de que ha de brillar el sol.
Hoy, un grupo numeroso, unos treinta, en caravana, nos dirigiremos a una de las gradas de lo que hoy se llama Navantia - antiguamente Bazán -, para ver como un mastodonte, con una longitud de dos campos y medio de futbol y con una altura de unos quince pisos, se desliza como un bailarín de ballet, toca el agua para sentir lo fría que está y luego, como un ballenato que han echado al mar, sumerge medio cuerpo entre toques de bocinas, aplausos y vivas de la madrina que previamente ha roto una botella en su casco.
Hace años, todo Ferrol acudía a las botaduras, era un día de fiesta, pero esa costumbre, como todas las costumbres se va perdiendo y es ahora, que los jóvenes y niños,que podían situarse in situ para apreciar las maniobras de echar al mar al buque, se tienen que ir a Caranza - buen mirador - y desde allí, los que saben, silvan a medida que el barco se desliza fanfarrón porque sabe que todo el mundo lo mira.
Recuerdo hace años, y mucha gente también lo recordará en que echaban al mar a tres destructores, el " Osado ", el "Metoro" y el "Rayo". El entonces jefe del estado, Francisco Franco asístía, no se si acompañado de su esposa. Las botaduras se efectúan en la pleamar de la marea y aquel día, le debieron de dar tan bien de comer, que se le pasó la hora y los tres barcos que comenzaron a deslizarse, poco a poco se fueron quedando en gradas y de allí no se movieron. No quisiera estar yo en el pellejo del encargado de la maniobra.
El barco de hoy, que puede llevar aviones, tanques, trasladar tropas, fué construído enteramente en Ferrol a base de bloques, bloques que después unen con la precisión de un cirujano ya que las tuberías tienen que coincidir, los mamparos, la instalación eléctrica de varios quilómetros de longitud, toda una obra de ingeniería que las gentes de Navantia pueden y saben llevar a cabo.
Pero el día, por lo regular en las botaduras florido; nos va a dar la tarde. Mis damas y damiselas, ¿cómo lucirán sus sombreros de ala ancha?, los tules-ilusión, los rasos, porque si seguimos así, el día menos pensado, a los obreros que efectúan la maniobra bajo el barco, los vestirán de chaqué para no desentonar.
Lo que puedo asegurar, es que de cuando en cuando veremos asomar el sol, un sol curioso que hoy dejó paso a la lluvia. No se de que nos extrañamos, estamos en Ferrol, lugar en el que no se pueden hacer planes de un día para otro, porque todo nos entra por esta tierra, desastres, paro y como no, la lluvia constante y pertinaz, que aburre en ocasiones, que no consigue que nos acostumbremos.
¡Ay!, y cómo se lucirán hoy los sombreros de gasa y ala ancha..... y los peinados....
y los tules y la VIDA.

domingo, 9 de marzo de 2008

ANDAINA


Hace unos días, el 16 del pasado mes de febrero, un grupo de compañeros de los Campus de Coruña y Ferrol, pasamos el día juntos. Un día que amaneció demasiado frío pero soleado tal como viene sucediento este invierno en nuestra Galicia. Arriba, en lo alto del Cebreiro, el frío del grajo, que volaba bajo, a ras de suelo, llegaba al alma de los caminantes, un frío que perdonaba los pecados, pero que no importaba, estábamos juntos de nuevo, había cosas nuevas que contar, las que quedaron en el tintero fuera de los correos enviados por la Red. ¡Uy!, qué delgada estás, ¿has estado enferma?. -No, que va, me ha cambiado el metabolismo - ¿A estas alturas - ¡Mala!. -Tu, estás más rubia que nunca- ¡Ay, mujer!, es que la peluquera me dió con el óvalo de la cara. Los hombres no les van a la zaga: -Te veo más gordo-, ¡ coño!, los cocidos de mi suegra. - ¿La quieres mucho?, - hombre, lo que se dice mucho... pero es la que tiene el capital....
Todas y todos hablan, todos se cuentan, todos se dicen y lo dicen de forma apresurada, sin darse cuenta de que les queda todo el día. Poco más tarde, se emprende la marcha por corredoiras, en medio de paisajes muy hermosos, se diría que impresionistas; es temprano, la luz invernal siempre baja, ayuda y da relieve a las formas, tamizando los colores. Caminamos apurados, estamos controlando tiempos y yo disfruto, me da tiempo a pulsar el obturador de la cámara, a poner en orden mi mala cabeza y a pensar, porque la marcha te ayuda. Me he propuesto al menos bajando, no hacer la cabra ya que el camino es pedregoso y una lesión, daría al traste con los tiempos que se intentan marcar.
Las caras alegres, la gente ríe, pero echo de menos los trinos de los pájaros, los pájaros que han dejado el campo para irse a la aldea en donde encuentran comida, porque las tierras, ya no hay quien las trabaje, no se cultivan. Los hijos, marchan a la capital, quieren trabajar en oficinas, quieren vivir en medio del caos, de la marabunta, de la prisa, en una ciudad inhumana. Los viejos de los pueblos lo saben y es por eso que se quedan, toman el sol sentados en una silla al lado de la puerta de su casa, saludando a los que pasan y conversando de cualquier tema, con los que se quedan un poco a escucharles. ¿ Cómo aprecio a los viejos de boina calada y mirada dulce!.
Al pasar por estas aldeas, la vida me viene, la tomo a mares que se dice, es donde se encuentra la paz y las personas de buena voluntad. La vida me llega de tal forma que no me enfado si piso la bosta de una vaca que acaba de pasar, tras un niño menudo, que la lleva tirando de una cuerda a la que va amarrada a un campo verde esmeralda, en donde permanecerá pastando hasta el atardecer.
Hemos caminado por lugares hermosos, hasta las mujeres han recibido como premio una bolsa de harina de maiz que les ha regalado un molinero. Las mujeres que lo consiguen todo, desde que nacen, pero que también lo dan todo, hasta su último aliento, fuertes como robles. Aunque en ocasiones les suelte alguna "parida", saben que es mi forma de ser, que las respeto y quiero.
Por fin nos hemos reunido en torno a unas mesas, es hora de la pitanza y el que más y el que menos lo estaba deseando, tras un día un tanto movidito, pero es que las excursiones por el campo tienen algunos problemas, pero la esencia, son los mismos problemas, hay que superarse y eso se consigue porque luego, viene el premio al mirar hacia atrás, al recordar aquellos árboles, aquellas iglesias pequeñas, el arbol que tiene tantos años, los albergues, la iglesia del medievo que estaba cerrada, el molino, la cuesta antes de llegar al bus.... ¿ A qué lo estás recordando, ahora?. Es la vida y forma parte de la vida, de mi VIDA.

BOFETADAS