martes, 1 de enero de 2008

GRAN COTILLÓN






Quiero comenzar éste año blanco, luminoso, en paz. Paz blanca, para todo el mundo blanco. Paz blanca, para todo el mundo negro, pero paz.
Quiero comenzar el año haciendo balance, un balance positivo, no en cuanto a bienes materiales que ya no necesito pero si, en cuanto a vida intensa aunque de vez en cuando me queje; cuando lo que ansío, las palabras mismas, no van por mi cauce porque soy un impaciente, más tarde, sí vienen y ahí permanecen. Tengo que curarme esta impaciencia.
No me veo soplando un matasuegras, con un gorrito vergonzoso en la cabeza, molestando al vecino, ni arrojando confeti que cae en los vasos de cava o sidra, según las circunstancias. No me veo bailando desbocado, sin tino, como si me dieran cuerda. Si os fijais, en las pistas, cada uno hace el baile a su manera, no hay dos parejas que coincidan, todos dan botes sin ton ni son, ni compás y para más inri, bailan separados, sin el pecado del baile unido, botan, rebotan, sudan, unicamente les falta rascarse los sobacos. En una ocasión vi en la tele un campeonato de baile - no todo -, me da repelús. El jóven, mira al frente, aprieta el culo, camina casi de puntillas, con un brazo extendido a la altura del hombro, el otro en la cadera; va en busca de la dama, tontita ella, descocada, repintada y con gesto de suficiencia. Ambos se tocan, miran al techo como si buscasen telarañas y comienzan a girar, llevando un número enorme marcado en la espalda que rompe ese momento mágico. Las caras de palo, siguen mirando al techo.
Me imagino la danza en un salón enorme, plagado de velas encendidas, la orquesta en penumbra y los danzantes pegados recorriendo el espacio sólos, únicos, sin vecinos .... hasta que despunta el día en que, sentados en la escalera de piedra, se despiden hasta el siguiente año.
No critico a los bailantes de hoy en día, los que sudorosos , al terminar, acaban la faena con un chocolate y churros en cualquier cafetería. He sido jóven e hice casi lo mismo, pero nosotros, no bailábamos a saltos y separados, mirando al techo como tontos, nosotros bailábamos abrazados mientras al oído, le ibas contando una y mil mentiras, aunque la acabases de conocer.
Ayer, doce menos diez de la noche, el personal se altera pidiendo silencio, ¡ las uvas !, ¡ las uvas !. Todos quietos, nadie habla, miran al vocalista de la orquesta, al del bombo, al de los platillos, encargados uno de ellos, de dar las campanadas. Unaaaaa; dooooooos; treeeees ...... ojos desorbitados que miran al infinito, bocas llenas como los hamster cuando comen pipas, ,bocas horribles pintadas, que avanzan y retroceden y al final, un aplauso, un gran aplauso, cintas de colores que vuelan de un lado al otro, papelitos recortados, diminutos... ¡ el gran cotillón !, que anuncia el cartel a la entrada.
Estoy de resaca, me quedo en blanco y blanco os deseo un feliz año. Os deseo lo mejor de lo mejor, a paladas. Vida hermosa para la gente que quiero, Vida generosa para las gentes que pueblan el globo insignificante llamado Tierra; generosa para los universos, si es que hay otras gentes. Que lo paseis bien bailando, separados, a saltos, como los monos..... o agarrados.
Al niño 2008, no hacerle muchas gracias, no tocarle el mes de agosto para que se ría, ya que durante todo el año, lo estaremos puteando y eso, aún no lo sabe.
Paz en el mundo .... deseo inútil. Paz, al menos yo te cito y te reclamo, luego, que sea lo que a otros les venga en gana. Vida.
Los danzantes, los de la cara de palo, los del número en la espalda, siguen girando mientras miran al techo como idiotas.

BOFETADAS