sábado, 24 de enero de 2009

BACANALES SOBRE GALICIA






Ayer, me da que los Titanes comandados por Atlas, intentaron acorralar a los dioses del Olympo y es que Baco, al lado de las Arpías, en su rincón preferido, les hizo libar tanto y tanto vino, los hizo sentir tan poderosos en medio de aquella gran borrachera, que armaron sin saberlo, una gran noche toledana con resultados nada beneficiosos para nuestra provincia y las del norte que, durante todo el día,estuvieron pendiente de las noticias en radio y televisión, notando como se acercaba la destrucción promovida por la ira de unos dioses que al menos a mi, no me van ni me vienen, pero si sé, que son muy suyos y como les mojen la oreja, la arman para sufrimiento de los mortales.
Y vaya si se armó. Desde un tiempo nos regimos por las alarmas amarilla, naranja y roja, tal como los bañistas tienen sus banderas. La diferencia es que si para un nadador la cosa está fea, se retira, toma el sol, lee una novela bajo una sombrilla y todo paz, todo gloria. Por lo contrario las otras alarmas, vienen y se aguantan. No hace mucho tiempo, el paisaniño de pantalón de pana, chaqueta descolorida, gorra calada hasta las cejas, paraguas colgado a la espalda que caminaba tirando de un par de vacas marelas, con mirar al cielo, el movimiento de las hojas de algunos árboles, la forma de discurrir el río, sin aparato de precisión alguno, conocía lo que se avecinaba y como las casas eran bajas, no sucedía nada,todo era paz. En este palomar en que vivo disimulo pero, la procesión, larga procesión tenebrosa que va por dentro, mete miedo.
Es que ayer Baco, se puso un tanto pesado con su gran borrachera y, si en un principio la llevó con alegría pensando en su gran amiga Europa y mismo las Medusas, muy puñeteras ellas pero amorosas, le harían pasar una tarde grandiosa. Al no llegarle pareja alguna comenzó a jurar contra los dioses mayores, en la creencia de que ellos las habían raptado. Debido a ello, el follón que se formó fue tan grande,que de rebote nos vino a nosotros que parece ser no estamos tan lejos de ellos, que tenemos por costumbre no meternos con nadie, porque los gallegos somos tanquilos mientras no nos quiten la vaca o la pensión. Se formaron dos grupos, como en los partidos de futbol,alguien me dijo, que fue infernal porque uno de tantos, -no se sabe quien- a traición, le quitó la corona a Júpiter cuando rodaba sobre una nube.. Y si que lo debió de ser, por el vaivén del edificio en que vivo, en todo lo alto y que viene a ser una vela al viento. Por momentos íbamos de una lado a otros mientras mirábamos el adelante atrás de la pesada lámpara, viniéndome a la memoria algún vagón de tercera, en el tren correo a Madrid, cuando las traviesas de las vías eran aún de madera.
No tuve temor, son unos treinta años en mayor o menor medida -depende de los dioses- viviendo esta situación varias veces en el invierno, pero en verdad, no es nada agradable porque no conozco al constructor de la casa, porque ignoro cuánta arena y cuánto cemento llevaba la mezcla y porque cuando el Hortensia, vivía también en Vigo.
Es que caer desde el piso once, no me haría puñetera gracia, no sé cuanto se tarda en llegar al suelo, tendría que aplicar la fórmula de Galileo, pero ahora estamos a lo que estamos, tranquilos que por hoy, ya ha pasado todo; no obstante esta noche, para muchas gentes, debió de quedar marcada por una madrugada de llantos, de pérdida de bienes, de ausencias, de temores. Me apeno de ellas y les daría mis condolencias más, dentro de su dolor, no les servirían para nada, otro tipo de condolencias son las que necesitan. La crisis que dirán los ayuntamientos, y mirarán para los periódicos que hablan de las elecciones, porque las ayudas cuando llegan, ya no son necesarias, ya los pobres, se han encargado de ayudar a los otros pobres.
Ayer Ícaro, no era capaz de sostenerse en el aire, no por el sol que no había,por la borrachera y por el temporal de viento que lo zarandeaba de un lado a otro no permitiéndole abrir las alas. Ni tan siquiera se fijó en las gaviotas, en tierra. Intentaba sostenerse en medio de los truenos y relámpagos que le enviaba el gran Júpiter, loco por tanto aguardiente.
Ayer los dioses se equivocaron. Las bacanales no siempre suelen salir bien, hicieron daño durante algunas horas,horas que parecen eternas a los mortales que no lo merecían, desbordastéis los ríos, sus viviendas cercanas, para desgracia de sus moradores y habéis tirado tejados, árboles bellos, peor que una batalla campal en algunos bailes patronales años ha. En medio de todo el miedo, el temor, el susto de salir por los aires fue casi continuo y lo que en verdad me duele, es que vuestras malditas fiestas, siempre la iniciáis sobre nuestra Galicia. Heres me contó que es el mejor lugar porque huele a salvia, a eucalipto, a pino mareal, a millo y pan recién hecho y a mujeres bellas; para continuar la resaca haciendo daños por el norte de la raya con el Cantábrico.
Desde mi ventana, no quise cerrar las persianas, sentía como avalanchas de guerreros llegaban en medio de los golpes de viento, de las rachas de lluvia a gran velocidad entre la risa atronadora de Eolo. Cómo se doblaban y gemían los árboles pidiendo perdón a unos oídos sordos en medio de una juerga de locos.
Anoche, echado en la cama, me venía a la memoria temporales, que en medio me acogieron. Al desembarcar pensé que se habían terminado; hoy me doy cuenta de que sus espíritus, quieren que no los olvide.
Y hoy, como siempre me sucede, la calma.

BOFETADAS