Camino muy temprano en dirección a Doniños. El aire frío lastima y muerde, máxime cuando llevas poca ropa encima, ya que al mediodía el sol calienta y esa ropa que podías llevar de más, molesta.
Apenas me cruzo con un par de autos y no veo a gente alguna, duermen a estas horas.
Mi destino es subir monte y llegar a Ventoso. Un lugar que durante años y a falta de los instrumentos actuales, desde un observatorio, informaban sobre todo a losmarinos del estado de la mar, dirección y velocidad del vientos y si rompían o no, los bajos Tarracidos. Estos bajos, a la entrada de la bocana de la Ría, cuando producían "espuma" porque el mar los golpeaba, los marinos, ya podían "trincarse a son de mar" porque la navegación prometía ser bastante movida.
Hoy, todo ruinoso, pero con unas vistas impresionantes, de momento y hacia el mar apenas estropeadas por la mano del hombre y un aire, que sabe a gloria ahora que ya no fumo. ¡Qué más quisiera!. Lo digo para que mis amigos, los fumadores, no me llamen traidor.