domingo, 30 de septiembre de 2007
MUSICA
Desde edad temprana me gusta la música; aún hoy, recuerdo canciones que mi abuela y mi madre me cantaban una y otra vez, ante mi insistencia.
Disfruto escuchando cualquier tema clásico porque durante horas y horas lo mamé, mientras con unas "brochas" aporreaba un lienzo y de eso ya llovió. No obstante, excepto la música caribeña tan repetitiva - no soy bailón -, el resto me va. De vez en cuando y cuando el ánimo está alegre, no me importa meter en el lector, un CD de Katatomía; Towunsend; Monspell o Anatema.
La ópera, lo siento. Si, a las arias o a algunos duos pero el resto, me parece un verdadero coñazo, al igual que la zarzuela, que de tanto escucharla me aburre -puedo cantar algunas casi enteras- y como no, me aburre la gente que acude a los conciertos, de estreno, aburrida ya antes de que comience, sordas/os para la música, pero queda muy mono y... el qué dirán.
Y esto, es una parte de un todo.