Son obras de Ricardo Pena, el bueno de Ricardo quien, en unión del paciente Pipo Romero, me abrieron las puertas, con mucho cariño, de la acuarela.
Desconocía la técnica ya que siempre me centré en el óleo. Con ellos aprendí a tener paciencia, en manejar el color con sus aguadas, a pintar grandes celajes, a armonizar sin entrar en el contiguo, a ...todo, que fué lo que me enseñaron.
Desde aquí, hoy os traje a la memoria, gracias por ello y, a pesar de que lo habeis intentado, al menos Pipo, mi poca constancia unida a que no me gusta trabajar en solitario, me tiene alejado de las "brochas". De momento.
