viernes, 4 de abril de 2008
POBRES MAESTROS.
Y en aquel tiempo, los niños apedreaban a Jesús y a los Apóstoles, que corrían tras ellos. Jesús les decía :- Dejar que los niños se acerquen a mi, que de ellos es el reino de los cielos-. Una vez que se le acercaron, los breó a palos.
Comienzo diciendo que en la actualidad y siempre, hay y hubo chavales magníficos en todos los sentidos. Confieso también, que de niño, nunca fuí amigo de mis profesores a excepción de alguno que me entendió y si, me protegió. Con mucha resignación acaté infinidad de veces sus gritos y aún peor sus golpes en todo el cuerpo, que siempre tuve lleno de cardenales. Conmigo y de igual forma, los demás compañeros. A veces, veo en la televisión imágenes que me sacan de quicio. Alumnos/as que pegan a sus profesores, que no los respetan e incluso les insultan mientras el niño más cobarde de la clase lo graba todo, y los monos y gorilas que tiene alrededor azuzan a los malditos que pegan y pegan, al objeto de que la fiesta "dure".
He visto, pegarle patadas a un profesor que estaba el pobre en el suelo; bajarle a otro los pantalones mientras explicaba en el encerado bajo la atenta mirada del ojo de la cámara del teléfono. Tantas y tantas barbaridades, que en unos años, de la dureza en las aulas ha pasado a irse al carajo la enseñanza.
No se si existe, si no es así, pronto colocarán a la entrada del colegio, arcos para que avise al guardia de quien lleva objetos punzantes o pistolas, tal como desde hace tiempo viene sucediento en los colegios del Bronx .
En mis tiempos, éramos golfos, pero había algo que nos retenía y que nos frenaba a revolvernos cuando con aquellos palos nos breaban y era, primero el respeto a los mayores, a los profesores y segundo, que nos habrían un expediente que no te permitía seguir estudiando en otro colegio; y los padres, querían vernos en las aulas.
Hoy las riendas las tienen los niños y lo saben. Los niños siempre han sido unos perfectos abusones, sobretodo, cuando están en medio de compañeros. Sólos, sueltos, siempre han sido unos cobardes.
Y los padres..... que equivocados están con sus queridos monstruos disfrazados de niños y niñas, pobrecitos... tan débiles. Me dan pena.
Si cualquiera de nosotros, equivocadamente, llegaba a casa diciendo que le habían pegado en clase los profesores sin motivo - jamás puede haber motivo - los padres continuaban la paliza, dándole con ello la razón al profesor y de tanto palo, al final, levitábamos. Algo harías, que decían los padres.
Lo siento por los enseñantes actuales, se os han ido de las manos con tanto mimo y tanta tontería con los niños comenzando por el tuteo. Uno a uno los vais aguantando, pero cuando la manada se reúne y detrás de ellos como pastores, achuchando los padres, estais perdidos y para más, no hay nadie, nadie que se ponga a vuestro lado. Teneis unos jefes que solamente piensan en su cómodo sillón y el resto... que lo arreglen los maestros que para eso cobran.
Nunca me gustó ser cabecilla de nada ni de nadie, pero si hoy fuese yo profesor o maestro, si me pondría al frente y de común acuerdo, motivados por los nervios, todos nos rebajaríamos, por tiempo indefinido; iba a aguantar a los angelitos, la dulce madre que los parió. Las peores bestias de la selva, no les llegan a la suela de los zapatos, y encima, cobardes, si lo aseguro, muy cobardes.