domingo, 5 de septiembre de 2010
EL BENEFICIO DE LA DUDA.
La banda a dicho que sí. No, no es una banda de música cabreada con el director, ojalá lo fuese. Ha sido una banda a la que se le conoce con las siglas de ETA que, aunque piensan y mascullan que lo son, que son gudaris vascos, no creo con casi novecientos asesinatos a sus espaldas y también anotados en el haber de su libro de contabilidad, si es que aún no se lo han requisado.
Y ha dicho si, quizás pensando en sentarse en buenos sillones, próximas las elecciones.
Casi novecientas familias rotas y os diré por qué. El padre, que acude a diario o mensualmente a su domicilio,a su llegada, la familia lo toma como una rutina, como una costumbre sin más, un beso y vamos a comer o cenar; pero el día que falta porque un cabrón alocado le mete dos tiros en el cráneo, luego lo remata en el suelo mientras la gente gritando huye. A partir de ese momento, la presencia del hombre se hace esencial. Antes se trataba del día a día, ahora hay un gran espacio vacío en toda la casa.
Pero es que hoy, en la BBC de Londres, han comparecido tres encapuchados porque el rostro no lo muestran y hasta lo veo del todo lógico, para decir que dejan de apretar gatillos ya que al parecer no merece la pena, y es que en las vascongadas dicen ellos, hoy existe la democracia. Ignoro que noticias escuchaban o si leían algún tipo de diario fuera de los establecidos. Es que ya llevan un montón de años -nunca son suficientes-, en esa situación a no ser porque, un puñado de descerebrados que no están conformes con esa situación, sigan alborotando consignas que hoy, no tienen sentidiño alguno.
Una guerra, termina por varias causas y no estoy pensando en la de Gila. Puede finalizar porque se ponen de acuerdo los jefes de los enfrentados, que como siempre sucede, nunca están en el campo de batalla, se quedan a la retaguardia "estudiando" los pasos a seguir. Puede terminar porque se pueden poner de acuerdo los que luchan y mandar todo al carajo, es lo razonable. También porque no les quedan balas. O termina porque los sensatos desertan a ponerse la barriga al sol en cualquier playa o también finaliza, porque el campo de lucha se llena de miles y miles de palomas blancas que van cubriendo las heridas de los caídos y todo parece limpio, como si no hubiese sucedido nada, todo se tapa en las guerras.
Pero hoy creo y tengo fe en lo manifestado por una mujer en la "conferencia" de los elegidos, para soltarla al mundo. Esta vez si lo creo por razones simples; no hay dirigentes de paisano en el campo de batalla, todo lo más, están de txiquitos por los bares de siempre o apareciendo en los periódico dando ánimos a los niños y jóvenes que participan en luchas urbanas, al que le dan un nombre que no quiero decir porque no es más que un atentado a las buenas normas de convivencia, a las gentes.
Otro motivo, quizás sea porque el dinero va mermando, algún jefe se encarga de guardarlo, de custiodarlo vete tu a saber, mientras no llega la noticia de "sacabao", para poder gastarlo alegremente. También pudiera ocurrir, que en la actualidad, unos y otros ya no se aclaran y es por eso que los detienen continuamente, al tiempo que les retiran abundante información sobre el grupo y hasta les confiscan ordenadores llenos de direcciones, edades, parentescos, con horas de batalla y con el nombre de quien manda ese día en la tropa, que quiere ser ejército y a mi juicio, sólo son un residuo de niños a quienes, gente vieja, loca y apenas experimentada de su ejército particular, les tiene tomada la medida, incluso en los desplazamientos cuando van hacia Andorra a comprar unos cartones de tabaco rubio.
Por último, quizás piensen "colar" un partido político que les ampare, en las próximas elecciones. Tontos no son.
Trabajé en un lugar en que un gallego, maketo agobiado por cartas que le enviaba ETA achuchando a sus padres, tomó un Cetme, le introdujo unas balas que guardaba del campo de tiro y disparó a quemarropa a un capitán al que no conocía, que acababa de llegar de Cartagena para su Ferrol. Tienes que matar, era la consigna. A partir de ahí, se solicitaron informes precisos de personas y unos cuantos resultaron pertenecer al otro "ejército". Lo tenían fácil, en vez de practicar tiro en las Landas, lo hacían gratis en Doniños. Se descubrió al tiempo una bomba colocada en la caldera de un buque. Quien la colocó, formaba parte de ese barco. Si llega a explotar con él dentro, un mártir más para la causa, lo que equivale a una cartel con una foto suya en un balcón. No hay mejores mentes que las de los jóvenes para ser manejadas al antojo del "gurú" y si los hacen héroes caso de morir, mejor que mejor. Como los africanos del norte y otros lugares no muy lejanos. Un camellero regalando a cambio de sacrificios y muertes, trozos de jardines en el cielo. Así vamos.
Cada ejército trabaja como mejor lo cree conveniente, a no ser que el "legal" -llamémosle así- en tiempo de paz no comete asesinatos, ni a estas alturas se le concede el derecho de pernada, ni el desafío a las gentes por abuso de autoridad; tampoco el robar dinero a gentes extraordinarias y trabajadoras tal como sucede en Vascongadas. En la guerra, si que puedes hacer barbaridades, los tuyos, te estarán amparando siempre.
Llevo en el alma dos cicatrices vuestras, un compañero bueno entre los mejores que asesinasteis en San Sebastián- escribí bien, asesinasteis-, pero lo que más me dolió fue un sin sentido cometido por vosotros, gudaris de mierda y es que me sigue doliendo el asesinato de mi amigo, el entonces Teniente de Navío Vicente de Vicente.
A Vicente en Ferrol, le dijeron que se fuese seis meses en la Comandancia de Marina de Bilbao, ni rechistó.
Ahora os aclaro las ideas por si lo habéis olvidado. Recordáis las inundaciones que hubo en esa Ciudad, creo que por el año 83. Todo el mundo ayudó en lo que podía. Vicente ni tan siquiera se descalzo, ni se arremangó el pantalón, trabajó como si la vida le fuese en ello, como si fuese uno más de los vuestros, como si defendiese lo suyo, su pueblo; se mezcló con todos los buenos vascos, se dejó el alma achicando, ayudando voluntariamente. Dió ánimos, salió en la primera página de los periódicos como ejemplo y es porque era un gran hombre. Recuperado el pueblo, ETA se lo agradeció con un tiro o dos o tres en la cabeza. ¿Qué daño os hacía cubriendo despachos para vuestros barcos?. Torpes, sin imaginación alguna.
He convivido con gente vasca durante unos treinta años, algunos quise que trabajaran a mi lado porque son gente muy, muy inteligente, pero, jamás serán tus amigos. Le preguntaba, cenando un día de Nochebuena, a un vasco que trabajaba conmigo en Vigo. ¿Tu me aprecias?,¿qué opinión tienes de mi?. Me puso por las nubes y más. La última, ¿y si me vieras por San Sebastián te acercarías a saludarme?. Me miró y dijo: NO. Me gustó su sinceridad, pero me dió miedo como tenía amueblada la cabeza.
Lo de Vicente, a quien corresponda, no lo perdono. Quería enseñarmeel idioma inglés, que de otra manera jamás aprendí.
Y en Portugalete un cura me negó una misa por mi hermano que acababa de morir... Al menos me ayudó a recapacitar y a cambiar de bando, es que desde hace tiempo, ya no me interesa su cielo, ni el infierno con el que me asustaban terriblemente cuando crío.
Jamás he despotricado contra las buenas personas de la comunidad vasca y es que, no se pueden mezclar a las gentes buenas, sensatas, con descerebrados. Sería un imbécil por mi parte si pensara lo contrario.
Y hoy, tres encapuchados, del todo lógico porque son los que dirigen y asustan a los "niños", han prometido que no volverán los asesinatos, ni la quema de buses, ni las palizas, ni los zulos, ni el paga de un "impuesto", que de revolucionario tenía muy poco. Y la mitad de sus "niños" se han cabreado, veremos si con el tiempo les pueden arreglar sus cerebros.
Esta vez, ya lo veis, os creo. Seguramente habrá bofetadas entre vosotros, para meteros en la política pero ojo, sois tantos, que muchos quedaréis fuera. ¿De qué os ha servido?.
Decirme, ¿pediréis perdón a los muertos?, ¿a sus familias que son muchas? y aunque no os concedan el perdón, al menos habréis dado la cara, pero acordaros que antes de llamar a sus puertas, que tenéis la obligación de quitaros la capucha.
Antes de irme, quiero decir a vuestras familias, que tienen todo el derecho del mundo, porque la ley debe ser igual para todos, de tener a los familiares presos cerca. La justicia para todos igual. Los castigos desiguales dependiendo del daño que se cause. Así de sencillo. Así de difícil.
Todo lo que ahora pregonáis no tendrá valor alguno, si con la declaración de paz, no va una entrega masiva de las armas. Es del todo necesario.
Hay algo que me causa un daño infinito. La chulería con que caminan vuestros jefes, mientras van de tasca en tasca, empapándose de txacolí y malas ideas.
Y de muerte.