lunes, 12 de julio de 2010

BENDITO PULPO

Y de nuevo, un pulpo alemán afrancesado, acierta.
Acierta y los adivinos, brujas, meigas de mi tierra y pitonisos, locos ellos por comprarlo. Yuly Andrómeda, adivinadora existencialista, hará todo lo posible para hacerse con él, es un chollo y hasta el señor Evaristo Cienfuentes de Escarbote piensa lo mismo pero para mostrarlo de feria en feria porque son muchas, las que a lo largo y ancho de verano, se celebran en cualquier parroquia. Y el cura encantado porque al menos ese día se le llena la iglesia. Y llegado el invierno, cavila el buen hombre, mostrarlo en centros comerciales. Mira que si el corte inglés me  permite colocarlo, en la sección de libros..., dos urnas  y cuando el comprador duda que libo llevarse, introduce uno en cada urna y e pulpo, solícito, le aconseja cual llevar.
Fuera coñas con el bueno de Paul, que la Selección española (la roja, anque juegan de azul), sumisa ante los palos continuos que va recibiedo, tranquila unas veces, nerviosa las más, ha empatado a cero goles al final del juego.  No soy fútbolero, lo he dicho antes de ahora, los nervios me pueden ante los golpes que reciben y que no pueden devolver, marcho para la cama.  Al rato gritos de ¡goool!, ¡goool!, ¡goooool! cantado y acompañado por un coro de voces broncas, cerveceras, cazalleras, infantiles que son las blancas, me obligan a sonreír al tiempo que en lo alto, cohetes explotan su alegría.  Y es que al poco, las bocinas de los autos, me confirman lo pensaba, que la Selección había ganado.  Unos jóvenes llenos de voluntad y ganas, martirizados a más no poder durante el partido -ignoro lo que sucedió en la pórroga que pienso ver hoy-, para Holanda era una manera de acobardarlos, pero no pudieron. ¿Sería acaso una venganza a causa de unos hechos cometidos en sus tierra por un duque español?. Y es hoy, que cuando quieren asustar a los niños les dicen que viene el duque y no el coco, precisamente.  Señal de que el primero, no les dio una vida agradable.
Y es ahora cuando viene a mi pobre mente, la propaganda de esos comercios que como casi todos los españoles pensaban, que nuestros futbolistas, a la primera de cambio, regresarían. Tales comercios digo, anunciaron a bombo y platillo, que si la Seleccón española, ganaba el mundial, todos los electrodomésticos adquiridos, saldrían gratis a sus compradores. Se frotaron las manos porque la verdad, es que vendieron muchos.  Y ya ves, la fortuna hace maravillas cuando está en racha. Mal negocio han hecho. Consejo: Si han vendido mucho, lo lógico como buenos españoles -léase promotores de obras- es de suponer que desaparecerán tras cerrar la tienda ahora completamente vacía.  Que mal han jugado, que mal.  Y todo por no tener fe, por no preguntarle al pulpo Paul como iría el asunto del fútbol. Unos simples mejillones, y con todo el cariño del mundo, que lo tiene, los asesoraría. Y el español no perdona, que somos muy nuestros, que torcemos el rostro a nuestros vecinos pero cuando nos encontramos lejos, nos abrazamos primero y a continuación, ¿de dónde eres?..., ¡coño!, que somos vecinos, para a continuación, festejarlo.
Pena no ser el propietario del pulpo para acertar a las quinielas, a la loto, a la lotería, en las amistades e incluso. en donde el sacristán guarda las propinas, que el cura anda loco buscando.
No estaría de más, levantarle estatuas sencillas en las ciudades, pueblos, aldeas y de ese modo recordar y recordarle a los pequeños que ese pulpo afrancesado, fue el jugador número doce de la Selección, que tuvo en vilo a millones de personas y en el año 2010 nos dio la felicidad que tanto tiempo llevábamos buscado.
Si vivo y algún día tengo un nieto, haré todo lo posible para que lo bauticen con el nombre de Paul sin contarles lo del cefalópodo, no vaya se que se inicie una guerra no buscada.
El alemán afrancesado para acertar.  El gallego para adornar cualquier mesa que se precie.  Y si, tengo pesente, la casi obligacón de acudir a un bar de Pontedeume, a probarlo pues, tiene el mismo sabor que a la gloria que han tocado unos cuantos futbolistas y a los que acompañaron casi cuarenta millones de españoles, si tenemos en cuenta que los recién nacidos no se enteran y tampoco se enteran aquellos que formando parte de un estado -de momento-, tienen las santas narices de decir que no han visto los partidos, como tampoco las banderas en ventanas, balcones, por las calles e incluso las que estaban a su lado.
Un político, tiene el deber, para eso representa a las gentes de ser político para lo bueno y lo malo,elegante con sus palabras, inteligente,un caballero, un servdor le guste o no le guste. El pueblo no depende de él. Él, siempre, dependerá del pueblo. Siempre lo estarán vigilando.
¡ Cuánta amargura en medio de una gran fiesta !. ¡Cuánta pena!.  Pobre gente de Armani continuo..

BOFETADAS