miércoles, 24 de junio de 2009
NEDA SALEHI, MÁRTIR.
Neda, municipio coruñés de unos 24 quilómetros cuadrados, una población de no menos de 6.700 habitantes, con una valle muy hermoso del Belelle y en donde vive Manuel con su familia.
Neda, 26 años de edad, estudiante iraní a quien le gustaba la música. Hasta hace unos días, luchadora inclansable en búsqueda de la democracia y libertades de su pueblo, que fue abatida en un mínimo espacio de tiempo, por la munición de un paisano traidor al servicio del gobierno; traidor a sus gentes o quizás un ignorante a quien pusieron en sus manos un arma y que aún hoy desconoce, lo que significaba aquella persona que ante él, sola, sin arma alguna, sin tan siquiera la bandera de la esperanza, también le quería libre.
He disparado muchas armas; siempre lo hice a un bote de tomate o de pimientos vacíos, situados en la distancia. Tuve mucho cuidado y jamás hice la menor gracia con esas armas e incluso, una pistola que heredé del mínimo calibre 6,35, hace tiempo que pedí se me agujerease tanto, que fuese imposible rehacerla y así, con casi todo el acero carcomido por una broca, reposa y descansa en el fondo de algún cajón. Las armas son un maldito invento en evolución constante y lo siento por los cazadores que también con ventaja, desde la distancia, abaten piezas que de otra forma no lo conseguirían y hasta casi lo siento, por ese paramilitar de Basij que también abatió una paloma, de un cercano y traidor disparo en el pecho; tan cercano, que ni tan siquiera tuvo tiempo de abrir sus alas. Cayó al suelo, los ojos en blanco y su garganta tuvo tiempo a empujar miles de claveles rojos que a borbotones le salían por la boca y poco a poco fueron cubriendo su hermoso rostro, todavía muy jóven.
Neda, que se traduce a nuestro idioma como "la voz", "la llamada"; ha pasado a ser el símbolo de un pueblo que en el siglo XXI pide paz, legalidad y unión de todas las gentes para que convivan en libertad. ¿Es tan anormal lo que ansían?.
Lo que actualmente sucede en Irán, ha sucedido en muchos otros lugares porque el planeta Tierra, hace mucho tiempo que ha dejado de ser azul. Todos, todos los que gobiernan, manifiestan que ello les causa un gran sacrificio, pero coño, no sueltan el puesto ni que les corran a gorrazos. Se agarran y se agarran a la silla, hasta algunos parece ser que gobiernan después de muertos, pues grandes retratos de mandatarios siguen ocupando cabeceras de unos desfiles que da miedo verlos; no digamos una momia que se encuentra en Moscú y a la que a diario, continuamente se le rinden honores y otros que campean a sus anchas por la ultramar de los navegantes.
Pero hace muy poco fue Neda, quien como una flor rota quedó tendida en el pavimento, los ojos en blanco, los claveles formándole la corona que todos los mártires llevan y que cuando luchan por las libertades suelen adornarles el rostro, mientras van camino de su sueño eterno y hoy Neda, que ya quedas como símbolo a seguir en las revuelas de la "Ola verde" y el resto de los que pensamos como tu, descansas después de haber sido prohibidos tus funerales públicos, ni una simple despedida te permiten. Pido y ojalá que allá en donde te encuentres, puedas continuar escuchando la música que tanto te gustaba, música que no quiero que se mezcle con los atronadores y terribles disparos de gentes inhumanas, enjambre de gente bruta que con un arma en la mano se creen los dueños de la calle, sin darse tan siquiera cuenta, sin saber que el verdadero poder se encuentra en la palabra a media voz, pausada, legible; rebatida si cabe, por otras palabras dichas en el mismo sentido y forma, por gentes a las que no se les hace difícil el sonreír y aprobar lo que estiman cierto o al menos que consideran mejor para todos.
Lo último que escuchaste fue : "Neda, quédate conmigo, quédate conmigo". No hiciste caso, ¿para qué? si seguramente a la siguiente oleada de malditos disparos uno al menos, estaría reservado para ti, por tus convicciones, para tu martirio.
Tus claveles se han ido secando pero mantienen el olor que los ángeles dicen tienen. Tu memoria queda y, lo que de verdad me apena es que no te llevaras el MP3 para poder continuar escuchando la música que en él tenías grabada, música de amor, de paz, de luz, de paisajes y mares, y del río en que una vez te peinaste antes de salir corriendo para la facultad.
Neda, tengo una pregunta que me quema, ¿mereció la pena?.
Deseo con todas mis fuerzas que tu pueblo, que tus gentes te den la razón, pero seguiré pensando en silencio si mereció la pena por mucho que se hable luego de la sangre mártir. Las generaciones evolucionan, se van cambiando los modos de pensar, los gobiernos cambian, no hay nadie inmortal y aunque se diga que quien no recuerde lo pasado está condenado a revivirlo..., no lo se; no estoy ahora para estrujarme el poco cerebro que me queda.
Pais de mandatarios locos, cerrados al mundo, que nadie se entere de la represión. Malditos de pistola en mano que desafían la legalidad mundial. Me dais una inmensa pena y un verdadero asco.
Veintiseis años, estudiante de filosofía y le gustaba la música.
Que tu Alá te lleve junto a él, al inmenso jardín que aseguran tiene.
Yo, dentro de mi humildad, te deseo larga VIDA.