CALIGO
Cierra la noche lóbrega; a lo lejos
se oyen roncas; rugir las ondas bravas
en cuyos senos cóncavos se agita
el viento precursor de las borrascas.
¡Ay! ¡Pobre marinero a quien sorprenda
el huracán soberbio!; ¡ay de la barca
lejos del puerto amigo, ciega y sola
sobre el espacio inmenso de las aguas!
-Escalante-